El despiadado Yaksha (Sol Kyung-gu) que solo cree en su justicia inmediata y expedita asesina a un agente que lo traiciono, años después el fiscal Han Ji-hoon (Park Hae-soo) es detenido justo cuando tenia a un corrupto presidente empresarial entre las manos debido a que su equipo confeso que no todas las pruebas las consiguieron con métodos legales, debido a esto es trasladado a una oficina en media de la nada con un jefe falto de ambición, pero debido a los problemas que están causando los espías en China tiene una nueva oportunidad que le da su directora, viaja al lugar para toparse conque la fachada de oficinas no profesionales alberga los más peligrosos agentes espías de Corea, con todo y Yaksha como jefe, y a pura terquedad se mete a la misión para supuestamente supervisarlos aunque solo necesita chismorrear que sucede a su jefa, en medio de todo esto se topa con civiles pagados que terminan asesinados, enfrentamientos con grupos militares, trampas con prostitutas de donde tiene que escapar y tediosas platicas con un agente japones (Hiroyuki Ikeuchi).
Con esto queda claro que estamos ante una cinta de acción bien hechecita con muchos balazos, patadas, trancazos, persecuciones y traiciones, cuya mayor originalidad, y esto es un decir, es que los dos protagonistas representan dos caras de los buenos totalmente opuestas, mientras Yaksha asesina siempre a todo el que este mal y no duda en pasar por quien sea para lograr su meta el buenazo blandengue de Ji-hoon vive con el manual bajo su brazo y no permite ningún movimiento ilegal e inmoral, los secundarios son clichés que no aportan nada, ni siquiera tienen mucho carisma pero cumplen con su papel, lo mejor de la cinta por supuesto son las escenas de acción ya mencionadas, la mayoría con buena factura y con una fotografía que siempre esta cerca, que representa el dinamismo que necesita la película y que saca problema a esos colores neón que imperan en esos países.
Por el lado malo debo decir que este es el guion, es farragoso y en exceso complicado para lo que en realidad quiere contar, como si el director y guionista sintiera que simplificarlo haría pensar que la película no tiene trama, y en su exceso de complicaciones algunas cosas ocurren porque si, como las traiciones que si no se ven venir desde que aparece el personaje suceden a un minuto de presentarlo por lo que su fuerza sobre el espectador es nula, no porque no nos importen sino porque ni siquiera los conocemos, pero dejando de lado estas conveniencias y el carácter algo infantil del fiscal que incluso cuando sus aliados matan y torturan sigue terco en mantenerse así, no cabe duda que la cinta es divertida, entretenida y que no se extiende en demasía, no creo que la acabe recordando durante mucho tiempo pero si se hace una segunda parte como indica su final no duraría en verla una tarde sin nada que hacer u un tazón de palomitas, justo como esta.
Calificación: Regular