Efectiva cinta thriller con ritmo trepidante que se disfruta más sin saber nada de ella, un hombre con problemas psicológicos llamado Guo Zhida (Wallace Chung) apuesta todo lo que tiene en un juego de futbol, para asegurarse de ganar la apuesta decide secuestrar a la esposa de la estrella del equipo chino de rehén, de tal manera que si pierde no volverá a verla, con el tiempo encima y un juego en el que puede ganar quien sea el investigador Jiang Chengjun (Lee Jung-jae) pide ayuda a la psicóloga del secuestrador, la profesional Yang Xi (Lang Yueting) que empieza por explicar la complicada mente del tipo que parece ser hasta diferente por momentos.
Estamos ante la típica cinta de suspenso policial con ayuda externa y detective obsesivo, donde los vemos investigar mientras se enfrentan a diversas trampas que planifico el villano en medio de un juego de futbol de ida y vuelta con todo y volteretas en el marcador para meter más presión al asunto, no es nada del otro mundo pero debo admitir que el final funciona de buena manera y no hace trampa como se usa tan habitualmente en este genero en la actualidad, ademas el villano esta bien caracterizado, el hecho de que se tome todo a broma le da un plus especial, que todavía hace más sorprendente el hecho de que haya tenido todo planeado hasta el dedillo cuando al inicio parecía una persona impulsiva.
Por lo demás la cinta resulta bastante común y en cierta manera los protagonistas pecan de falta de profundidad y desarrollo, pero como bien se sabe en esta clase de películas vamos a lo que se va, un misterio que resolver, algunos logrados momentos de tensión, alguna muerte y/o ataque para demostrar que todo va en serio, el tiempo en contra que le da agilidad a la narrativa y un villano que detener a como de lugar, si todo esto lo vemos con un tazón de palomitas y un vaso gigante de refresco resulta un entretenimiento decente para pasar el rato, y hasta de esos ya es difícil encontrar en la actualidad.
Calificación: Regular