Después de la irregular "El Guardian Invisible" y la mediocre "Legado en los Huesos" tenemos la tercera parte, el cierre, de la trilogía del Baztán basada en los libros de Dolores Redondo recurriendo de nuevo al director Fernando González Molina que aunque logra algunas buenas postales, el pueblo de Elizondo en Navarra es hermoso y enigmático pero fuera de eso su estilo como director no existe, un montaje que a veces resulta engorroso y cosas que se quedan abiertas solo porque si, un personaje desaparece y lo hacen ver como importante y al final se les olvida que lo buscaban, pero aun con todos estos defectos creo que estamos ante la menos mala de las tres cintas, por lo menos esta no hace trampa sacándose deux ex machina con aspectos sobrenaturales para salvar a la protagonista o avanzar la historia, aunque hacia el final el villano se vuelve tonto porque si, algo clásico en estas historias, y la protagonista es tan tonta que ha veces dan ganas de gritarle a la televisión.
Y aun con todo esto la cinta es la mas entretenida, tenemos un misterio que aunque se va diluyendo por lo menos se mantiene mas que los otros, el amarre de los demas aunque forzado esta ahí y explica un poco mas las cosas que antes quedaban completamente abiertas, y se deja de lado todo aspecto sobrenatural que salve o ayude dejando solo a los actos de brujería que son descubiertos como la manera en que se vuelven millonarios la gente paria, pero esto queda ambiguo y eso se agradece. Inmediatamente despues de los sucesos de la segunda parte Amaia (Marta Etura) se niega a aceptar que su madre (Susi Sánchez) esta muerta aunque los demas ya estan por oficiar misa, en cambio se pone a investigar sobre los bebes que mueren por muerte subita y descubre que todos los padres "victimas" se han vuelto millonarios, que forman parte de una secta que se dedica a la brujería y que ellos son los que mueven todos los hilos desde arriba.
Esto es por mucho lo mas interesante de la cinta, se descubren secretos familiares que ahora si tienen importancia, el lado oscuro del pueblo, aparece por ahí una mujer loca que desmadra todo, un personaje importante es asesinado y en verdad se resiente en lo que quizá es el unico logro emotivo de toda la trilogía, y el juez Markina (Leonardo Sbaraglia) sigue acosando a Amaia ahora si con buenos resultados, esto es de lo que mas me hizo ruido, nunca se siente que su relación profundice o que se atraigan por lo que parece que ella solo cae porque él es poderoso y bien parecido pero a tal grado que esta completamente cegada en algo que uno como espectador intuye desde el inicio de la cinta, ademas la gran cantidad de personajes y actores desaprovechados (Ana Wagener, Elvira Minguez) no se entiende, aun así y con todo y protagonista totalmente estúpida en un enamoramiento ridículo la cosa se deja ver y antes de que acusen a la historia de machista por el otro lado existe una ceguez todavía mas pronunciada, una lastima que para hacer avanzar estas historias todavía se tenga que idiotizar a los personajes, por lo menos no aparecieron duendes salvando el día, ya es algo...
Calificación: Palomera