El primer cortometraje de ficción Sofía Carrillo muestra a una directora talentosa (siempre lo ha sido) que esta madurando majestuosamente, deja de lado la animación para entregar su primera cinta de accion "real" que nunca reniega de ese ambiente y estilo que ya manejaba en la animacion de multiples cortos, o la historia que enlazaba a esa recopilación feminista de terror "XX", estamos en Los Altos de Jalisco en 1926, en esa epoca donde el misticismo y la magia eran cosa de todos los días, donde la bruja del titulo, es decir Doña Agustina (Susana Romo, esplendida) se pasea con ropa y rebozo día y noche mientras sostiene un fósforo, esto no es una sutileza o se toma como un doble discurso, en realidad Agustina es una bruja y de inmediato nos damos cuenta por una serie de impecables flashbacks que la susodicha se ha encargado de tres pretendientes de su hijo (Cristian Dávalos) de variopintas maneras, y no solo eso sino que se regodea mencionado sus nombres en un diario que guarda con sus nombres y algún objeto crucial de la situacion.
Pero su hijo ni tardo ni perezoso ya puso los ojos en otra chamaca, en la molacha Emilia (Michelle Betancourt) que ya tiene preparado su vestido de novia y se rehúsa a comer los dulces duraznos de Agustina, para estos momentos resulta obvia la premisa, con todo lo que el simbolismo cultural mexicano significa, estamos ante la batalla de una suegra bruja contra su nuera que aunque inocentona no piensa dejarse derrotar, y menos aun cuando tiene en la brava Antonia (Marisol Padilla Sánchez) quien la defienda, al final la cinta no solo resulta terriblemente interesante y entretenida, sino que nos emociona y mantiene en tensión, ademas de tener una atmósfera que llama tanto al terror como a esas historias clásicas del mejor cine mexicano, y los cuentos del folclore que se encuentran tan olvidados por la generación mas joven.
La estética en blanco y negro no solo nos remite a la epoca del cine de oro mexicano sino a una diferenciación extrema entre el negro y el blanco que siempre acompaña la cinta, desde el inicio con la luminosa luna en medio de la mas oscura noche, con la ropa negra de la bruja en contraste con el blanquisimo vestido de novia, del gato negro con el blanco, es decir del bien contra el mal, ademas la música de Yolihuani Curiel es extraordinaria, la fotografía en blanco y negro soberbia, y casi toda es una maravilla de escenas, cuando Agustina visita a la asustada Emilia, cuando el hijo de Agustina pregunta con desconfianza que si la visito, la batalla en medio de la noche de dos mujeres y esa dirección esplendida en la pelea, la vis cómica del cuidador que se aleja cada vez mas para no salir perjudicado, la ternura al remendar un pedazo de tela, y finalmente esa celebración de saberse ganadora jalando el premio hacia ella pero solo para ver la sonrisa de una bruja derrotada pero no vencida que dedica unas palabras a esta fuerza femenina que no reniega de su maldad en ambos lados con tal de conseguir lo que desea.
Calificación: Notable