Todos los animales de la selva son convocados a una reunión especial para tratar el punto de la sequía en la tierra, que los estaba azotando muy fuertemente.
"Queridos amigos animales, tenemos que comisionar a uno de nosotros para que hable con el Creador y le pida que nos envíe la lluvia lo antes posible. El calor es insoportable y muchos de nuestros hermanos se han enfermado por esta causa. Por favor, que levante la mano el aguerrido hermano que esté capacitado para cumplir con esta misión".
El silencio se apoderó del lugar y ninguno levantaba la mano. Entonces, la tortuga sacó la cabeza del caparazón y dijo, muy pausadamente:
"Compañeros, yo iré y hablaré con el Creador".
Todos aplaudieron, y la tortuga partió a realizar su misión. Luego de tres meses, ni llovía ni la tortuga regresaba; los animales, muy preocupados, deciden reunirse nuevamente.
"Queridos compañeros, tenemos que comisionar a otro de nosotros para investigar que pasó con la tortuga, ya que ha pasado mucho tiempo, y no llegan ni la lluvia ni el invierno y la tortuga tampoco regresa. En ese momento, se escucha un ruido entre los matorrales y todos se ponen atentos; de repente, muy tranquilamente, sale la tortuga diciendo:
"Si siguen hablando de mí no voy".