El rey de la selva invitó a todos los animales a un gran banquete con una condición: al final, el animal más feo se quedaría a lavar los trastes. Cuando terminó la comida, el león empezó a escrutar a todos los animales para determinar quién se quedaría. Primero pasó la jirafa y ésta dijo:
"Yo no puedo ser el animal más feo, pues mi largo cuello y esbelto cuerpo es hermoso".
Pasó el pavo real: "Yo con mis hermosas y suaves plumas no puedo ser".
Siguieron pasando los demás animales, hasta que al final se quedaron tan sólo el chango y el orangután. Se miran uno al otro, y después de unos segundos el chango propone:
"Ya, no te hagas: yo los lavo y tú los enjuagas".
6/10/16
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario