Ladybug (Brad Pitt, hilarante en su veta cómica) o Mariquita, o Catarina, es un asesino a sueldo que ha regresado al trabajo con un nuevo enfoque en su vida, no quiere problemas, detesta la violencia y desea evitar los conflictos, es decir, necesita una nueva vida como repite cada dos por tres a su interlocutora María que funciona como agente de oficina, admira a su psicólogo Barry y ni siquiera toma la pistola que le habían asignado en este trabajo donde solo debe recoger-robar un maletín en un trabajo donde esta sustituyendo al pesado de Carver (algo que a la postre resultara muy importante en la trama), pero Catarina esta convencido de tener mala suerte, que esta le persigue y que por ello siempre es miserable, esto se nota rápidamente al ser mojado y casi arrollado por un vehículo, perder la llave y el boleto, y así sucesivamente, pero también nos damos cuenta que también lo persigue una extraña buena suerte que lo hace salir vivo de las situaciones más inverosímiles.
Al subir al tren encuentra rápidamente el maletín pero por supuesto que nada es lo que parece y otros pasajeros también tienen sus propios planes que de una u otra forma parecen converger al final del destino, por supuesto que con tantos asesinos en el lugar la cosa termina por desmadrarse de la manera más salvaje, violenta e hilarante posible, conociendo a Leitch - artífice junto a Stahelski de la primer "John Wick" y de "Atomica" - sabemos a que atenernos, mientras que Stahelski siguió con la saga de Wick un camino más artístico, el otro creador de esa cinta de culto sigue también con ese estilo especializado en peleas pero con preponderancia en el humor, así que en esta cinta tenemos a un reparto coral que ayudan a que la historia tome fuerzas y donde siempre esta sucediendo algo junto a personajes tan inverosímiles como estrambóticos.
Mientras Ladybug intenta bajar a como de lugar de ese tren infernal donde se descabecha casi sin querer a los pobres diablos que lo encuentran hiperventilando en el proceso, también tenemos a un par de gemelos psicópatas que parecen todo menos hermanos que se hacen llamar como frutas, el iracundo Mandarina (Aaron Taylor-Johnson, bien) destilando impecable clase en un traje precioso y el intuitivo Limón (divertido Brian Tyree Henry) que no para de hacer metáforas del programa "Percy la Locomotora" para referirse a las personas y la vida, estos escoltan al hijo (Logan Lerman) de White Dead (Michael Shannon como aparición de lujo), mientras que un pobre diablo (Andrew Koji) es engañado para llevar a cabo un plan de una niña inocente (Joey King, bien) que es todo menos lo que aparenta, pero que llamara la atención de un anciano llamado el Líder (nada menos que Hiroyuki Sanada) quien por fin ve la oportunidad de tomar revancha por su pasado.
Todo esto con muchísimo humor negro donde tenemos que reírnos de los cadáveres apilándose, de la violencia en primer plano, de las lineas irreverentes que también son políticamente incorrectas, y por una misantropía que se equilibra con la humanidad deseada casi ingenuamente por Ladybug mientras se enfrenta sin querer a un narco mexicano bueno para nada (Bad Bunny) y una letal asesina llamada Avispón (Zazie Beetz casi en cameo) que tiene una muerte casi misógina, todo esto en medio de un desmadre con muchas sorpresas, múltiples encontronazos, buenos efectos especiales que solo desmerecen al final, un interesante soundtrack, un montaje rapidísimo, un ritmo endiabablo, buena fotografía colorida tirando a neón, y un reparto de lujo que brilla en las secuencias de peleas tan bien coreografiadas como cabria esperar de su director que nos invita a disfrutar dejándonos llevar por la locura más desquiciante con todo y cameos logrados - aplausos para Channing Tatum - recordándonos que la suerte no es buena o mala, solo depende de como se mire.
Calificación: Vale la Pena
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