Un grupo de música folclórica turca esta tocando en la calle cuando son perseguidos por policías, la música, las tomas y la edición son juguetonas mostrándonos la vida que lleva la niña que los acompaña, la ingobernable pelirroja Ozlem (la carismática Gülizar Nisa Uray, muy bien), ella junto a su padre (Selim Erdogan) tocan junto a unos amigos músicos, se desvelan y despiertan con una comida típica del pais, y viven con el amor a la música, uno tocando el violín, la otra bailando con gran energía, pero Ali esta enfermo por lo que va con su hermano menor Mahir Mehmet (Engin Altan Duzyatan, bien), un famoso violinista que solo vive para su trabajo y cuyo ego no le permite pensar en alguien más que no sea él, Ali lo aborda para decirle que esta enfermo y en poco tiempo morirá pero Mahir no quiere saber nada de él ni su sobrina ya que su hermano lo abandonó cuando eran pequeños con un padre golpeador y una madre alcohólica.
Mahir lo batea de forma inmediata pero cuando su hermano fallezca los amigos de su hermano le solicitan apoyo para adoptar a la pequeña dándoselas a ellos, algo que acepta a regañadientes por la presión de su esposa Suna (Belcim Bilgin, bien), sin esperar que recibirán una visita de servicios sociales en algún momento para cotejar que todo este bien, a partir de este momento el profesional pero ególatra Mahir se ve obligado a convivir con la adelantada chiquilla que se enfrenta a quien sea sin importar que o como, lo que vemos es lo esperado, el cerrado y solitario Mahir solo se preocupa por él mismo, se pelea con su mujer e intenta mantenerse distanciado de su sobrina mientras prepara un concierto con cierto músico tan ególatra como él, en tanto la pequeña y él hacen migas para terminar conociéndose y darse cuenta que se parecen más de lo que aparentan al mismo tiempo que descubren que el pasado no sucedió como creían.
La película es un drama que pega en el corazón pero que se mantiene optimista, y que nunca cae en el chantaje descarado, de igual manera siempre es interesante ver como un pesado estirado que se cree el centro del universo aprende sobre lo que en realidad importa en la vida, es decir la familia, los amigos, los sacrificios, el amor, el ser feliz, y los pequeños detalles que pueden ser tomarse un té, correr de la policía, o tocar el violín de forma improvisada con el corazón, y la pequeña cumple con creces, no solo irradia carisma, también tiene magnetismo especial con la cámara y mucha dulzura, y los demás lo hacen muy bien, con una puesta en escena bonita que le saca jugo a Estambul y una banda sonora con mucha clase y calidad usando de forma excelente a grandes autores clásicos, esto de hecho es lo mejor de la cinta, la música y verlos tocar con sentimiento, solo es una lástima que termine de esa forma tan irreal que rompe la cuarta pared pero que no parece dar una conclusión, eso si, uno después de reír y llorar quiere ponerse a bailar junto a Ozlem y Mahir recordando que la vida es para ser feliz.
Calificación: Bastante Bien
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