1/1/21

Cinecritica: El Sonido del Metal

EL SONIDO DEL METAL (SOUND OF METAL, BELGICA - EU, 2019)
El energético baterista Ruben (un majestuoso Riz Ahmed) esta tocando heavy metal junto a su pareja/compañera de grupo Lou (Olivia Cooke, bien) en una entrada potente y vertiginosa de la cinta debut en ficción de Darius Marder que nos estalla en ruidos potentes como genero al que pertenece el dúo musical, pasamos a la siguiente escena y Ruben despierta pero no escucha sonidos, esta en un silencio total que no comprende y que nosotros tampoco, nos desesperamos junto a él, sabemos que sucede pero queremos que termine, ahora imaginemos lo que sufre el protagonista, supone que no es grave y hasta intenta tocar de nuevo pero es imposible seguir el ritmo si no puede escuchar, y cuando van al medico y le explican que es una enfermedad irreversible y que ha perdido la audición Ruben no puede creerlo, su estilo de vida, su forma de sustento, la base de la relación con la mujer que ama, todo se basa en la audición, en la música y su talento en esta, en un segundo ha perdido todo lo que considera importante en la vida sin siquiera un aviso.

De esta manera comienza una cinta que en apenas unos minutos nos ha mostrado como puede "acabarse" una vida de un momento para otro, algo que casi nadie consideramos posible y un detalle tan importante como la salud que valoramos tan poco, ya un poco mas por causa de la terrible pandemia (la cinta tambien aprovecha para criticar a los médicos de manera aguda, algo valiente en estos tiempos donde todos son presentados como "héroes"), es así que Lou convence a Ruben de ir a un campamento de sordomudos para aprender lenguaje de señas, a convivir con ellos, y en general para facilitarse su interacción con el mundo "normal", pero Ruben tiene un plan, ha investigado sobre las operaciones quirúrgicas que pueden regresarle la audición y esta determinado a conseguir el dinero para recuperar su feliz vida pasada, algo que por supuesto no es tan sencillo como parece en un inicio.

Lo que sigue es ver la interacción de Ruben en el campamento donde un estricto pero cálido y bondadoso líder, Joe (un fantástico Paul Raci), le da consejos de vida y lo intenta encaminar a su nueva vida, Ruben se niega a entrar en su estilo de vida hasta que poco a poco se ve obligado a entablar lazos de amistad pero sin por ello dejar de tener su objetivo claro, el final de la cinta, o mejor dicho todo el tercer acto se mueve por esa misma ambigüedad sin que se decante en ningún momento por una solución pero encontrando el protagonista una epifanía que lo hará crecer como persona a un grado tal que por primera vez esta disfrutando eso que le encargo Joe, y que acaba de soltar una linea tan sencilla como desgarradora, esta nos obliga a soltar las lagrimas para que inmediatamente despues la siguiente toma nos haga sonreír, con amargura, con felicidad, con humanidad.

Si bien esta claro que la historia es fascinante y las actuaciones son esplendidas, la dirección de Marder va mucho mas alla de escribir el guion, el montaje es exacto, con cortes rápidos cuando los necesita y cambios de perspectiva que siempre son importantes y entendibles, la fotografía es hermosa con colores ocres que nos llevan al mundo en el que vive el protagonista, el sonido es excelente, porque mas alla de lo bien cuidado que esta se usa de manera eficaz para transmitir lo que la cinta pretende, en un momento no escuchamos nada como el mismo Ruben, el siguiente corte nos muestra la escena desde fuera y escuchamos lo que haríamos normalmente, es decir nos deja claro que escucha y siente el protagonista, al tiempo que nos muestra que para todos los demas no pasa nada importante, solo él esta sufriendo/viviendo esa nueva realidad que puede extrapolarse a cualquier problema y/o situacion.

Esto lo logra de forma magnifica la cinta, nunca se compadece a su protagonista, ni lo usa como chantaje, todo lo contrario, nos obliga a ponernos en sus zapatos y sentimos lo que él, la negación, la ira, la negociación, la soledad, etc., todo esto ayudado por una interpretación soberbia de Ahmed que con una mirada, un gesto, nos transmite mil palabras, nunca se dramatiza si exagera, al igual que la cinta, nos entrega un retrato realista de la situacion, por ejemplo cuando recién llega con los sordomudos no entiende nada del lenguaje de señas, se ve distanciado y desesperado, igual que nosotros que no entendemos nada, esas platicas con Joe, esos momentos de ¿aceptación? donde hasta hace música con las vibraciones, antes apunte normal entre comillas porque la cinta deja claro que las normalidades dependen de las necesidades de los individuos, y acabada porque la vida es mas que un sueño o estilo de vida, el mensaje mas valioso de la cinta no es el típico, si fuera así el tipo lograría su sueño, vamos que no es ni de aceptación, si de resiliencia, y de amar y disfrutar esos momentos de silencio y tranquilidad que olvidamos hace mucho.

Calificación: Notable

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