ALADDIN (ÍDEM, EU, 1992)
Después de revisar la versión original de Aladdin con la dirección y guion de Ron Clements y John Musker tengo que admitir que sigue siendo una joya, su ritmo frenéticamente endiablado, un montaje inspirado, un diseño de arte precioso, un diseño de personajes imperecedero, y un guion que sigue siendo tan valioso como el primer día, no solo es inteligente y bueno sino que contiene mensajes muy interesantes, los consabidos de siempre del amor y la amistad junto al descubrimiento del amor propio y el problema del orgullo, ademas de coquetear con algunos temas políticamente incorrectos.
Aladdin es un carismático ladrón de buen corazón pero pareciera que no batallaría en encontrar trabajo si lo quisiera, Jasmine esta sexualizada de buena manera y el Sultán es un gordito bonachón que imaginamos puede ser todo menos eficiente, algo que suponemos no necesita porque el tipo gasta su tiempo en juegos tontos, y lo mas importante, un personaje como el genio que es un verdadero troll y que en manos de Robin Williams subió muchos enteros.
Comento esto porque se dice que muchas de sus lineas las improvisaba y que siempre jugaba con los diálogos, y que a partir de muchos de ellos se realizo la animación y no al revés como se acostumbra, esas múltiples facetas, cambios de voz y caracterizaciones que logra el fallecido actor le dan una frescura a la cinta que no ha envejecido ni un ápice, y mas aun cuando ocurre en medio de las maravillosas canciones que nos regalaron Alan Menken y Howard Ashman y que forman parte del imaginario popular.
Sumemos una dirección inspirada y una duración que apenas roza la hora y media y tenemos una cinta redonda, y eso sin mencionar a uno de los mejores villanos del estudio, un tipo sombrío, inteligente y ambicioso que da escalofríos e impone respeto solo al verle, con la voz de Jonathan Freeman, impone en todo momento y aun asi tiene sus momentos de hilarante comedia, y por supuesto no se andaba con rodeos como muestra en toda la cinta, un tipo cuya principal cualidad/defecto es una ambición desmesurada por el poder, que lo lleva a la propia perdición.
Un vendedor timador nos ofrece algunos artículos de dudosa calidad justo despues de cantar la políticamente incorrecta "Arabian Nights" y termina contándonos la historia de la lampara mágica y la vida del chico que cambio con ella, Jafar (voz de Jonathan Freeman) manda a un ladrón a la cueva de las maravillas solo para ver como perece y esta le pide encontrar el diamante el bruto, Aladdin (voz de Scott Weinger) es un ladrón de noble corazón que batalla mucho para robar un pan y finalmente darlo a unos huérfanos a pesar de las quejas de su carismático mono Apu, despues conocemos a la princesa Jasmine (voz de Linda Larkin) que no quiere ser el trofeo de algún pedante y vanidoso príncipe sino casarse por amor a pesar de las suplicas del bonachón Sultan (voz de Douglas Seale) que ve como solo le quedan tres dias para elegir.
La princesa escapa y conoce a Aladdin con quien hace conexión inmediata en tanto Jafar descubre que él muchacho es el unico que puede entrar a la cueva y lo embauca para que le traiga la lampara con resultados esperados, y es aqui cuando llega el genio de la lampara (Robin Williams robándose la cinta) que le ofrece 3 deseos y que termina forjando una amistad con Aladdin que llega incluso a prometerle la liberación con su ultimo deseo, por supuesto el chico desea ser un príncipe, es su única oportunidad de casarse con Jasmine, y llega en una presentación magnifica e hilarante al ritmo de la iconica "Prince Ali" que esta al nivel de la espectacularidad de "Friend Like Me" aunque la que gano el oscar es la hermosa "A Whole New World" que va acompañada de ese sueño kilométrico animado, porque despues de la entrada vanidosa nada como algo de romance y el descubrimiento de Jasmine "crees que soy estúpida" de la identidad de Aladdin que salva de último momento, pero que nos regala romance a cada momento, despues de todo de esto va la cinta.
Por supuesto lo que menos desea el chico son las responsabilidades por lo que cuando sabe que se convertirá en Sultán teme aun mas que cuando casi muere aunque solo asi tenga a la chica, la idónea preparación para que el hablador e hilarante pájaro Iago nos lleve a la vuelta climática donde le echan toda la carne al asador con genios gigantes, cambios de títulos, vejaciones, hechiceros todopoderosos, besos de traición, vejaciones con galletas, burla a la canción del héroe, serpientes gigantes y un reloj de arena que amenaza con ganar la vida de alguien, es decir un esplendido final que no da descanso y nos tiene en tensión constante al mismo tiempo que respetamos a un villano que se hace sentir y que sigue siendo tan ruin como para que deseemos su derrota, una joya de la animación que sigue siendo actual y redonda y con la uno se emociona y divierte como niño sin importar la edad que se tenga.
Calificación: Muy Bien
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