Envían una expedicionaria neurona al cerebro de un hombre. Llega, entra y no ve a nadie. “¿Hay alguien aquí?”, pregunta bajito. “¿Hay alguien aquíííííííííííí? ¿Holaaaa? ¿¿¿¿HOLAAAAAAAAAAAAA???? ¿NO HAY NADIEEEEEEEE?”
Así, sigue caminando, a los gritos. “¡Sniff!” La pobre neurona vio que se encontraba sola. Se puso muy triste, porque pensaba “Yo aquí sola para el resto de mi vida, ¡¡sniff!!, qué cagada.”
De repente, se oye un rumor de alguien que se acercaba. ¡Era otra neurona! Y entonces se dirige a la llorona y le pregunta: “¿Qué haces? ¿Por qué lloras?” “Porque ya creía, sniff, que no había nadie y me iba a quedar aquí sola para siempre sin compañeras.”
“Pero, boludaaaa#, le contesta la otra, “¡si somos un montón! Vení que estamos todas en el pene en un fiestón. Yo sólo subí a buscar hielo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario