Cinecritica: Retratos de una Obsesion

RETRATOS DE UNA OBSESIÓN (ONE HOUR PHOTO, EU, 2002)

Sy (Robin Williams totalmente hipnótico) es un empleado en una tienda de autoservicios de esas donde todo es mecanico y no hay amor, un lugar idoneo para el frio, seco y solitario Sy, a no ser por la gran pasion que tiene el hombre por su trabajo, ama revelar fotos, hacerlas lo mejor que puede, lo considera un arte y en realidad logra que sea un arte con su gran dedicacion, dentro de la vida seca y sin sentimientos de Sy las fotografias lo son todo, lo que lo acerca a ser un ser humano y hace que se gane nuestro respeto, por supuesto que Sy solo quiere sus fotos y lo demas le vale medio comino, ve a todos como un obstaculo para lograr la perfeccion, un misantropo en su maxima expresion pero a pesar de todo esto Sy tiene otro gran signo de humanidad o quiza de enfermedad ya que se ha obsesionado en demasia con una familia.

Después de que Sy nos suelta lo importante que es para el su trabajo vemos como en realidad se interesa por una madre (Connie Nielsen) y su hijo (Dylan Smith) quienes parecen salidos de algun comercial de shampoo, si a eso le sumamos que despues conoce al supuesto esposo perfecto (Michael Vartan) nos imaginamos a la familia perfecta, justamente eso es lo que imagina Sy quien los idolatra y sueña con pertenecer a la familia como lo deja claro en cierto sueño/alucinación pasadisimo de rosca, cada vez que la mujer revela fotos Sy saca una copia para el con lo que tiene tapizado un muro de su departamento cual si fuera un altar, el problema es que Sy tiene demasiados enemigos, la gente que trabaja con el, el gerente del lugar, y cuando descubre que su idónea familia perfecta no es tan perfecta su mundo se viene abajo.

Lo despiden por las copias perdidas y asi Sy entra en un estado de locura permanente y obsesión donde no se conforma con soñar sino que quiere ser participe, esta vez revelando la verdadera naturaleza del marido, y después la hipocresía de la esposa, algo que exaspera a Sy mientras ¿porque no? toma venganza de las personas que le han hecho daño. Por supuesto lo mas interesante es la mente de Sy, esos sueños que tiene, esa falta de realidad, su extraña percepcion del mundo, que nos es mostrada de manera perfecta por Mark Romanek y por Robin Williams que como Seymour "Sy" da una de las mejores interpretaciones de su carrera, seria, sobria, tranquila, pensada, pausada, meticulosa, verlo es impresionante y una muestra de que si sabia actuar, ademas apuntar que la obsesion de Sy no es enfermiza ni criminal, es lo mas inocente del mundo, solo que su mundo al verse quebrado lo desequilbra por un trauma que al final se revela de forma inteligente, y que nos regala un cierre bien hecho, donde lo que hace la vida de uno son los pequeños detalles que vivimos a diario como Sy lo apunta, su venganza ha dado en el clavo y por mas que no lo entiendan tanto la justicia como la familia lo respetan.

Calificacion: Bastante Bien