La siguiente clasificación de la estructura burocrática del gobierno federal no es nueva. Pero es ilustrativa y por eso vale la pena recordarla en estos tiempos en que los yupi-aristo-pluto-tecno-burócratas deciden extender a los salarios de sus propias tropas laborales los "sacrificios" a que tan afectos son (siempre y cuando los padezcan otros, no ellos).
Presidente de la República:
· Brinca edificios altos de un solo salto.
· Detiene con una mano locomotoras a toda velocidad.
· Es más rápido que una bala de "cuerno de chivo".
· Surfea tsunamis (olas gigantes) sin tabla y sin mojarse.
· Le dicta las políticas a Dios, por internet.
Secretario de Despacho:
· Brinca edificios medianos sin gran esfuerzo.
· Detiene locomotoras no muy encarreradas.
· Es casi tan rápido como una bala calibre 22.
· Camina sobre el agua cuando no hay olas grandes.
· Habla con Dios por la "red".
Subsecretario:
· Brinca edificios chicos con suficiente impulso y vientos favorables.
· Puede empujar locomotoras ligeras en terreno plano y sin curvas.
· Es tan rápido como una munición.
· Camina sobre el agua en albercas bajo techo.
· A veces recibe permiso para hablar brevemente con Dios.
Oficial Mayor:
· Brinca cabañas y chozas muy apenas.
· En el juego de estirar la cuerda, le da cierta pelea a un Volkswagen viejo.
· Acierta uno de cada tres disparos en prácticas de tiro al blanco.
· Nada bien.
· Ocasionalmente Dios se dirige a él, aunque nunca recuerda su nom-bre.
Director General:
· Rasguña la pared al tratar de brincar una caseta de policía.
· Con cierta frecuencia lo atropella alguna bicicleta.
· Algunas veces puede manejar una resortera sin herirse.
· Nada de perrito.
· Dios se lo cotorrea, pero en buena onda.
Director de área:
· Constantemente choca con las banquetas.
· De cada tres vehículos que ve, distingue dos.
· Tiene estrictamente prohibido agarrar armas.
· Flota sólo con salvavidas.
· Dios le manda mensajes con su secretaria.
Jefe de Departamento:
· Se tropieza con las escaleras al entrar en un edificio.
· Cuando ve un tren dice "pu-pu".
· Se moja con una pistola de agua.
· Juega en charquitos de lodo.
· Dios ni lo pela.
Burócrata de infantería:
· Levanta los edificios para pasar.
· De una patada saca las locomotoras de la vía.
· Pesca las balas con la boca y se las come.
· Congela el agua con la mirada.
· Es Dios.
Sería bueno que nuestros yupitecnócratas recordaran de vez en cuan-do que ellos van y vienen, dejando a su paso una pestífera huella de azufre, pero quienes sostienen la operación de las cosas día tras día, mantienen la memoria informal de los procedimientos reales, y recogen los estropicios al final de cada fiesta sexenal, son los burócratas de base. ¿Qué haría la patria sin ellos? ¿Y así pretenden "agradecer" sus servicios?
Presidente de la República:
· Brinca edificios altos de un solo salto.
· Detiene con una mano locomotoras a toda velocidad.
· Es más rápido que una bala de "cuerno de chivo".
· Surfea tsunamis (olas gigantes) sin tabla y sin mojarse.
· Le dicta las políticas a Dios, por internet.
Secretario de Despacho:
· Brinca edificios medianos sin gran esfuerzo.
· Detiene locomotoras no muy encarreradas.
· Es casi tan rápido como una bala calibre 22.
· Camina sobre el agua cuando no hay olas grandes.
· Habla con Dios por la "red".
Subsecretario:
· Brinca edificios chicos con suficiente impulso y vientos favorables.
· Puede empujar locomotoras ligeras en terreno plano y sin curvas.
· Es tan rápido como una munición.
· Camina sobre el agua en albercas bajo techo.
· A veces recibe permiso para hablar brevemente con Dios.
Oficial Mayor:
· Brinca cabañas y chozas muy apenas.
· En el juego de estirar la cuerda, le da cierta pelea a un Volkswagen viejo.
· Acierta uno de cada tres disparos en prácticas de tiro al blanco.
· Nada bien.
· Ocasionalmente Dios se dirige a él, aunque nunca recuerda su nom-bre.
Director General:
· Rasguña la pared al tratar de brincar una caseta de policía.
· Con cierta frecuencia lo atropella alguna bicicleta.
· Algunas veces puede manejar una resortera sin herirse.
· Nada de perrito.
· Dios se lo cotorrea, pero en buena onda.
Director de área:
· Constantemente choca con las banquetas.
· De cada tres vehículos que ve, distingue dos.
· Tiene estrictamente prohibido agarrar armas.
· Flota sólo con salvavidas.
· Dios le manda mensajes con su secretaria.
Jefe de Departamento:
· Se tropieza con las escaleras al entrar en un edificio.
· Cuando ve un tren dice "pu-pu".
· Se moja con una pistola de agua.
· Juega en charquitos de lodo.
· Dios ni lo pela.
Burócrata de infantería:
· Levanta los edificios para pasar.
· De una patada saca las locomotoras de la vía.
· Pesca las balas con la boca y se las come.
· Congela el agua con la mirada.
· Es Dios.
Sería bueno que nuestros yupitecnócratas recordaran de vez en cuan-do que ellos van y vienen, dejando a su paso una pestífera huella de azufre, pero quienes sostienen la operación de las cosas día tras día, mantienen la memoria informal de los procedimientos reales, y recogen los estropicios al final de cada fiesta sexenal, son los burócratas de base. ¿Qué haría la patria sin ellos? ¿Y así pretenden "agradecer" sus servicios?
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