Pierre Morel no es un director talentoso en todo el sentido de la palabra pero por lo menos sabe montar bien las escenas de acción, en especial en la primera película de la saga "Taken" donde el guión cliché de Luc Besson llegaba a buen termino debido a un buen montaje, a la profesionalidad de Liam Neeson y a que la cinta apenas duraba hora y media, un palomazo indoloro que además gano puntos en mi cuenta personal por mostrar ese trafico tan sórdido que existe y que todos hacemos como que no, y por tomar una venganza que funciona como placer culpable para estos depravados corruptos que en su mayoría son empresarios millonarios o gobernantes.
Lastimosamente nada de eso hay aquí, en lugar de eso vemos como los familiares de los asesinados en la primera parte quieren venganza y persiguen a Bryan Mills (Liam Neeson ganando la papa) y a su familia con quien ahora el ex agente se lleva muy bien quitándole ese sentimiento de lejanía con su hija (Maggie Grace) que lo llevaba a culparse y reconciliándose con su ex esposa (Famke Janssen) que se esta divorciando, es decir que todo va a salir de boca y en un viaje a Turquía los secuestran y después de escapar Bryan va para vengarse, lo mismo pero más aburrido y peor filmado, además de que hay menos tensión.
Hasta los enemigos son aburridos y lo peor... estúpidos, dejan que el protagonista hable por teléfono en su cara, que haga trucos estúpidos y en lugar de tomar venganza solo la rumean todo el tiempo, y las escenas de acción son de pena ajena, el señor Olivier Meganton parece perdido y nos muestra escenas que duran un segundo como queriendo que nos perdamos y mareemos para que pensemos que pasa algo, la persecución es de pena ajena con la hija aprendiendo a manejar, en conclusión la primera no era gran cosa pero comparada con esta se siente como una buenísima cinta de acción.
Calificación: Mediocre
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