24/4/09

Requiem para un hombre bueno

Ahora hable con el Ingeniero Gerardo Rojas Villegas y hablamos sobre la repentina muerte de su hermano, me disculpe por no haber estado en el velorio y en el sepelio, pero mis palabras sonaban a excusas, se oían vacías y pequeñas, ¿que valían mis palabras sin acciones que las sustentaran? No pude estar por compromisos familiares, no me encontraba en Culiacan, y después de eso salí a una entrevista de trabajo a Chihuahua, pero ¿no suenan a excusas? Dicen que uno descubre a sus amigos en estas situaciones, yo no fui de fiar, espero, no, se que Rojon (como le decíamos/decimos) me comprende y solo él sabe que sucedió conmigo.
En estos momentos tan dificiles me consuela un poco el saber que se fue tranquilo, con el temple de una extraordinaria persona, me lo dijo su hermano Gerardo Rojas Villegas, solo un gran hombre puede entender y aceptar el ciclo de la vida y la muerte, ahora nos esta esperando y solo nos queda vivir como él desea que lo hagamos, utilizando lo que nos enseño para el bien de la sociedad, demostrando su calidad como profesionista y persona, dando lo mejor de nosotros y buscando nuestro lugar en el mundo para encontrar la felicidad.
Epitafio: Si pudiera escoger elegiría hundirme en los mares sin dejar rastro, y así de este modo el sol grabaría tras cada puesta un nuevo epitafio sobre la fría lapida del océano que me silenció de la manera más grata que un ser pueda soñar.

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