"EN TIERRA DE SANTOS Y PECADORES" ("IN THE LAND OF SAINTS AND SINNERS", IRLANDA, 2024) DE ROBERT LORENZ
El habitual colaborador de Clint Eastwood regresa con una cinta que como las del maestro se mueve en los valores más tradicionales, un fuerte conservadurismo, pero con un poco menos de moral republicana debido a la ambigüedad que tienen todos los personajes de la historia, algo que tiene una gran diferencia con su anterior película "El Protector" donde estaban muy claros los valores y la moral de los protagonistas y la malicia de los villanos, esta vez tenemos más situaciones grises, lo que se agradece sobre todo por el tipo de historia que se presenta y el género al que pertenece, estamos en Irlanda en los años setenta, en plena guerra interna de los rebeldes de la IRA en contra del autoritarismo del gobierno de la isla, comenzamos con la cinta viendo como un grupo de rebeldes realiza un atentado en contra de dos personas en una librería, que por desgracia sale mal, ante el terror de la mujer Doireann (Kerry Condon, bien en una faceta diferente a la usual) perteneciente al grupo.
De esto pasamos a ver a un tranquilo lugareño de un pueblo remoto en el norte de Irlanda, Finbar (Liam Neeson, bien), un vendedor de libros que debate con el jefe de policía Vincent (Ciarán Hinds como secundario de lujo) sobre literatura, uno lee Dostoyevski y el otro prefiere a Agatha Christie, y que de paso siempre le gana apostando tiro al blanco, mejor dicho tiro a la lata, pero más allá de este tipo que conoce a todo el pueblo y que toma té con su vecina (Niamh Cusack) existe un profesional asesino a sueldo que trabaja para el mafioso local (Colm Meaney), debido a cierto trabajo donde la calmada victima acepta todo con resiliencia y suelta uno que otro consejo el veterano Finbar decide cambiar su vida, renuncia al trabajo e intenta sembrar aconsejado por su vecina Rita, pero casi de inmediato descubre con terror a una pequeña que vive aterrorizada y con mirada triste perpetua, casi por casualidad comienza a toparse con la razón de su tristeza, y cuando indaga un poco descubre una terrible verdad que le impide quedarse con los brazos cruzados.
Este pecado imperdonable no puede quedar sin consecuencias, sin importar quienes sean los que lo cometieron, así que decide hacer lo correcto, pero esto causa el inicio de una guerra que se siente extraña en ese pueblo pintoresco en medio de la nada, es así que la cinta se convierte en un thriller casi dubitativo, con todo el pueblo arrastrado de una u otra forma a la vorágine de violencia que ya no puede contenerse, con un joven soñador pero violento que parece perdido (Jack Gleeson) y unos terroristas que aunque se supone son motivados por causas dignas, a final de cuentas tienen las mismas debilidades humanas de todos, en especial el depravado Curtis (Desmond Eastwood), y una hermana que aunque daba otra apariencia, en el momento de la verdad, muestra su verdadero rostro, el de una líder implacable que pone a su familia por encima de todo, en el peor sentido de la palabra, un western irlandés con unas postales extraordinarias, que tiene una parte final fascinante, con suspenso, violencia, mala leche y la misma humanidad que mostro en todo momento, la que muestra Finbar y los tranquilos lugareños, y es que para el protagonista esta claro, para ser santo antes debe ser pecador.
Calificación: Bien