Una pequeña niña escucha pasos en el tejado, alguien está arriba le dice a su mamá entre asustada y emocionada, después de todo está a unos días de navidad, y espera a Santa Claus, tanto que su madre no duda en contarle que lo que escucho es eso, ayudantes del barbón asegurándose de que todo este correcto, entra la persona que estaba rondando afuera, se mete en el cuarto del pequeño y solo escuchamos algo terrible - que momentos después Leone nos muestra en primerísimos planos - para luego pasar con los padres a los que asesina de la peor manera, este personaje con hacha en mano, aunque vestido de Santa, no es otro que Art the Clown (un fantástico David Howard Thornton que cada vez se luce más) quien esta vez abandona Halloween para enfocarse en mancillar las festividades navideñas, y eso es justamente lo que intenta hacer el director, tomar lo más respetado y querido para hacerlo añicos por medio de su personaje principal y villano, ese payaso mudo que se mueve como mimo, con maquillaje y mascara, traje de arlequín cambiado en cierto momento por el de Santa Claus, y que se burla de las peores cosas que uno pueda imaginar.
Después de este atrevido inicio uno tiene claro que va a ver, Leone no lo esconde, y nosotros como audiencia estamos conscientes de ello, después de todo todas las encarnaciones previas del sádico asesino tienen su principal "virtud" en esa violencia extrema siempre en cuadro, en primeros planos, sin cortes, mostrando de manera directa como un hacha corta un miembro, como mancillan a alguien con una sierra eléctrica, como congelan para luego quebrar un rostro y demás enfermedades salidas de la imaginativa mente de Leone, que se llama Damien nada más y nada menos por el fanatismo de su madre a las cintas de terror, todo esto mientras la sangre salpica la pantalla sin cesar y nosotros como buenos espectadores/voyeristas sufridores aceptamos con gusto, y sin anda de recato, algo que se nos paga con creces con esa dirección que no quiere ocultar nada, la fotografía estilo retro setentero con todo y lluvia de desgaste y unos efectos especiales prácticos que son una delicia para los amantes del gore y la sangre porque somos conscientes de que esa carne de látex y esos chorros de sangre están ahí en realidad, no en pixeles computarizados.
Eso le da cierto encanto que hacen estos instantes imperecederos, aunque sepamos que no son reales, y que hasta en momentos notemos la falsedad, pero hay que admitirlo, aunque ya no son creados directamente por Leone se notan realistas y crudos, tanto así que no duraría que las noticias de vómitos y desmayos sean verdaderos por parte de personas que no estén acostumbradas o sean sensibles, en cuanto a la historia, debo aceptar que a diferencia de muchos no me molesto, me parece interesante que Leone este intentando darle una historia que nos tenga a la expectativa de que sucederá, y que sirve como descanso entre masacre y masacre, es una jugada inteligente de su parte, siempre y cuando no caiga en el error de querer sobre explicar a Art, que ya todos aceptamos como un psicópata enfermo que gusta de matar a su estilo, intentar darle mucho trasfondo sería contraproducente.
Tras la escena inicial vemos que cinco años antes Art escapo junto a una poseída Victoria (Samantha Scaffidi) del psiquiátrico para ir a un refugio donde quedan inactivos esos años, hasta que unos demoledores los despiertan para sufrir una desollamiento y un degollamiento que culmina con una masturbación salida de madres, luego de esto Art deambula por la ciudad hasta conseguir un traje de Santa en un bar donde usa sus nuevas armas, para luego visitar un campus donde hace trizas a una parejita en la regadera mofándose del atractivo que tiene esa chica (Alexa Blair Robertson como la fanática Mia) por los "chicos malos", lo oculto, y los asesinos seriales, algo que no pude dejar de notar, y por supuesto esa escena del centro comercial donde Art hace volar la corrección política, aunque Leone si se contiene un poco, esto sucede mientras Sienna (Lauren LaVera) sale del psiquiátrico pero no puede dejar de ver a los asesinados por la culpa, y su hermano Jonathan (Elliott Fullam) ya no quiere saber de ella, a diferencia de su primita Gabbie (Antonella Rose) que la admira.
Por supuesto que Leone solo prepara el momento para cuando Sienna y Art se topen, esta vez apoyado por la parlanchina Vicky que nos explica más de la historia, junto a esos sueños desquiciados de Sienna donde una estatua de la Virgen María obliga a un demonio a forjar la espada en la escena más wtf, estos momentos finales son buenos, pero uno siente que llegan abruptamente, como si en el corte se hubieran quedado escenas que unieran todo, pero si resulta tan emocionante, cruel, violento, surrealista, blasfemo y esperanzador comose pudiera esperar, tanto así que si quede con ganas de ver al siguiente, y es que el camino recorrido por Leone y Art desde el corto "Terrifier" a su debut en largo con la cinta episódica "Terrifier: El Inicio"/"All Hallows' Eve", la primer "Terrifier" donde el Mr. Bean malvado es dueño de la cinta y "Terrifier 2" donde todo se eleva a un nuevo nivel y esta tercera parte son tan diferentes como consecutivas y derrochan amor por el género, además de regalarnos a ese burlón Art que interpretado por David Howard Thornton ya está en el olimpo de los villanos, a ver que sucede con ese final que nos remite a "The 9th Circle".
Calificación: Bastante Bien
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