"EL NIÑO DETRAS DE LA PUERTA" ("THE BOY BEHIND THE DOOR", ESTADOS UNIDOS, 2020) DE DAVID CHARBONIER Y JUSTIN DOUGLAS POWELL
Se abre una cajuela, un chamaco blanco es tomado mientras el negro es dejado en la cajuela encerrado, logra salir con mucho esfuerzo justo antes de quedarse sin aire y sale huyendo del secuestro, pero el llamado de auxilio de su mejor amigo Kevin (Ezra Dewey, bien) causan que Bobby (Lonnie Chavis, bastante bien) sea incapaz de irse, después de todo hace apenas seis horas atrás estaban los dos tirados en el césped prometiéndose amistad eterna y que juntos irían a California, al mar, así que con esa promesa y esa meta Bonny se detiene, duda por unos segundos en su dilema moral, acaba de escapar de la muerte, llorando como desesperado, y aun así da media vuelta y se mete directo a la boca del lobo, este thriller de terror tiene como único subtexto el mensaje de la amistad, los dos chamacos harán todo lo posible por salvar al otro, a su mejor amigo, aun por encima de su seguridad.
Y no necesitan más, basados los personajes en los mismos directores se siente una fuerza muy poderosa, representada perfectamente por esos chiquillos capaces de todo por - ahora si ñoñez activada - por el poder de la amistad, en cuanto a la cinta estamos ante cine en estado puro, una trama sencilla pero muy eficaz a la que le se saca el mejor partido en un thriller terrorífico que no deja respirar ni por un segundo - "te mantiene al borde del sillón comente" a la persona a mi lado, "te hace sostenerte todo el tiempo en los dedos gordos" me dijo, una respuesta que la describe mejor - así que Bobby entra al lugar, se esconde del secuestrador, es testigo de la llegada de otro que le pasa un fajón de billetes, quien a su vez pone un temporizador y se dirige con el prisionero Kevin para que entendamos lo que está sucediendo sin que nos lo expliquen, así que fuera de cierto apunte político fuera de lugar, lo demás es solo una terrorífica lucha de supervivencia filmada de forma excelente.
Todo el tiempo estamos viendo a Bobby deambular por la casa, esconderse, tratar de no hacer ruido mientras encuentra la manera de primero encontrar y luego liberar a su mejor amigo, mientras vemos a los dos villanos al fondo del encuadre, entre sombras, escuchamos sus pisadas o de plano solo vemos las piernas yendo de un lado para otro de forma amenazante, porque el hecho de que sean dos pequeños los que enfrentan esa enfermiza amenaza lo hace todavía más tensionante, los dos directores saben perfectamente como manejar el espacio, donde poner a sus personajes y el peligro que enfrentan, jugando con la profundidad, usando las sombras de forma sobresaliente y con algunas imágenes que quedan grabadas en la retina - ese momento del cuchillo atorado que culmina con el descubrimiento de una mancha de sangre por ejemplo-.
El uso del sonido es otro gran punto a su favor, durante buena parte del metraje escuchamos pocos diálogos, por lo que el sonido de la vieja casona crujiendo es vital, así escuchamos los pasos de Bobby, su respiración que se detiene con el crujido chillante de una escalera, los pasos de los dos monstruos, el rechinar de las puertas, las cortadas hechas con un cuchillo, las llaves moviéndose, o esa hacha que rompe una puerta al puro estilo de "El Resplandor", por allí hay otro homenaje a esta misma cinta que resulta bienvenido, y por supuesto el que haya tan poco dialogo es tan entendible en la trama como ayuda a reforzar las actuaciones de los demás, porque cuando el villano es revelado cual película clásica de terror uno se emociona ante la sorpresa, y sus diálogos son exquisitamente malévolos "te deje en la cajuela pensando en que se te acabaría el aire", "a mis clientes les gustan los que luchan", o "a mis clientes no les gustan los niños de tu "tipo"", uno recuerda y da escalofríos, por fortuna estos chicos, con balazos, torturados con collares eléctricos y lo que se junte no se dan por vencidos, no por ellos sino por el otro, y así ni los peores monstruos pueden vencerlos ni aunque perdieran.
Calificación: Muy Bien