Después de que Selick nos deleitara con "El Extraño Mundo de Jack" y "Coraline y la Puerta Secreta" regresa a la silla de director con un proyecto que tiene años queriendo impulsar, y que por desgracia no solo es su peor trabajo sino que en general es una mala película, tanto así que de no ser por la animación en stop motion creo que pasaría a mi lista de lo peor del año, esto debido a que la historia hace agua por todos lados, las conveniencias de guion son tantas que es la única forma en que avanza la trama, los personajes son detestables y olvidables - al momento de escribir esto ya no recordaba quienes eran los villanos de la cinta - la protagonista es una de las cosas más insufribles que he visto en pantalla últimamente, y en general intenta tocar tantos temas y hacer tantas criticas que todas se sienten más básicas que un sketch de comedia de algún programa simplón.
Los padres de Kat mueren en un accidente cuando estos niegan venderles a los ricachones del pueblo, uno de ellos es una parodia de Trump por supuesto, pero nada tienen que ver, solo Kat los asusto y ya, debido a ella se volvió problemática, por la culpa, así que una Kat (voz de Lyric Ross) más adolescente vuelve al pueblo a una escuela religiosa y descubre que la fabrica de sus padres se quemo, y obtiene poderes porque... porque si, es la elegida o algo así, como la hermana Helley (voz de Angela Bassett), que es ayudada por el conserje (voz de Igal Naor) en la captura de demonios, en el inframundo Wendell (voz de Keegan-Michael Key) y su hermano Wild (voz del también guionista Jordan Peele) quieren construir un parque de diversiones y para ello deben emanciparse de su padre (voz de Ving Rhames), y el padre Bests (voz de James Hong) hace tratos sucios.
Por ahí hay un grupo de chicas pedantes que rápidamente cambian de bando, y un transgénero (voz de Sam Zelaya) que aporta poco o nada a la trama, con todas estas subtramas parece que podríamos ver converger todo, pero nunca sucede, o no naturalmente, todo al final sucede porque debe suceder así, las conveniencias, los personajes erráticos que cambian de bando y modo de pensar porque si, y un remedo de historia que para acabarla de amolar, se cree importante, la película no es más que una excusa para un discurso progresista rancio, cansino y que no tiene nada de natural, Peele lo ha hecho mejor, y en cuanto a Selick, si esta es la única manera que tiene de volver (con todo y decisiones tan cuestionables como las lineas de los rostros que llaman mucho la atencion), mejor se hubiera quedado fuera de orbita.
Calificación: Churrote