"EL CONJURO: EL DIABLO ME OBLIGO A HACERLO" ("THE CONJURING: THE DEVIL MADE ME DO IT", EU, 2021) DE MICHAEL CHAVES
La cinta comienza con mucha potencia con el exorcismo a un niño (Jullian Hilliard) y mostrando de manera ágil como era la relación del pequeño con su cuñado Arne (Ruairi O'Connor) que a la postre se ofrece como cuerpo a poseer cuando el exorcismo fracase, y con Ed (Patrick Wilson, bastante bien) viendo como testigo silencioso como ocurre el cambio de cuerpo mientras todo es una locura y no puede hablar debido a un ataque cardiaco que el mismo demonio le ha causado con ese "parare tu corazón viejo" mientras lo golpeaba con fuerza, a diferencia de las dos cintas anteriores aquí no se inicia con un caso conocido para después pasar a otro sino que es el inicio del que se sigue durante toda la película, o por lo menos es una extensión de este, así que con Ed en terapia intensiva y totalmente inconsciente nosotros como espectadores sabemos que Arne esta poseído, prácticamente por decisión propia y que no hace nada al respecto, así que solo podemos esperar lo peor, en esos locos inicios de los ochenta con buena música y un Arne que quiere comenzar una vida con su novia Debbie (Sarah Catherine Hook) pero que en lugar de eso parece enfermarse.
Hasta que finalmente tiene una especie de alucinaciones que lo hacen ver/imaginar cosas que no son, de tal manera que los celos lo desquician y termina atacando a un demonio o poseído que solo existe en su mente, por lo que es detenido y procesado, por más que él alegue lo que dice el larguísimo titulo de al película, cuando Ed despierte junto a Lorraine (Vera Farmiga, muy bien) investigan que ha sucedido y quien esta detrás de todo este asunto ya que encuentran tótems de maldición tanto con la familia afectada como en su propia casa, descubren que ya hubo una situación parecida entre dos chicas que se vincula a un ritual satánico, Lorraine ve a una bruja (Eugenie Bondurant) que esta detrás de todo el asunto, y hasta se topan con un sacerdote retirado (John Noble, bien) que se dedico a la investigación de lo oculto y satánico incluso con una gran biblioteca del tema que se rehúsa a destruir, con gran cantidad de libros e imágenes.
Por otro lado tenemos el juicio de Arne que en su tiempo fue muy controversial pero esto apenas se toca, prácticamente no vemos nada de este y solo tenemos esa historia porque se conecta para la culminación del ritual, lo de la investigación de los Warren aunque es entretenido no se resuelve de la mejor manera, avanza como a trompicones, pero no lo que puede negarse es la fuerza del final, con Ed viendo alucinaciones mientras arrastra ese mazo cual pariente de Jack Torrance persiguiendo al amor de su vida, y ese juego de espejos/dimensiones donde Lorraine se ve así misma mientras una droga en polvohace su trabajo, ademas estos dos personajes siguen desarrollándose de magnifica manera, la forma en que se muestra la relación del matrimonio, con dos actores que comparten gran química entre ellos, y que nos convencen de que se aman genuinamente, de tal manera que terminamos comprando el discurso de que el amor todo lo puede, y les creemos que se preocupan entre ellos, ya sea con Ed yendo al rescate de su amada esposa, o Lorraine guardando una pastilla para el olvidadizo de su marido, por lo que no evitamos sonreír cuando se regalan ese baile nostálgico en el kiosko lleno de flores, recordando el amor, y que justo eso los separa de lo que combaten.
Calificación: Vale la Pena