El fotógrafo profesional Fukamachi (voz de Damien Boisseau) esta en busca de una buena historia por lo que se siente frustrado al ver que los montañistas japoneses actuales solo van al Everest como si de un destino turístico cualquiera se tratara, desahogándose en un bar de la vagueza de los tipos con su editor un desconocido se le acerca para intentar venderle una cámara con la prueba del primer ascenso a la montaña más alta del planeta, por supuesto lo toma por un timador pero cuando sale del lugar ve que lo están atacando, y que el que le quita la cámara es nada menos que la leyenda japonesa Habu Joji (voz de Eric Herson-Macarel), un escalador que en su juventud fue considerado un prodigio pero que cayo en desgracia y luego en el olvido, Fukamachi lo reconoce y tiene la pista de que le faltan los dos dedos que había perdido el escalador, por lo que se obsesiona con obtener la cámara y con ello las pruebas de que George Mallory fue el primero en escalar el Everest en 1924 y no Edmund Hillary casi treinta años después en 1953, una exclusiva que lo pondría en el mapa.
Para ello debe averiguar primero como encontrar a Habu por lo que comienza a investigar su vida de manera quisquillosa, con esta premisa es que comienza esta cinta de animación francesa que respeta de manera integral el manga de Jiro Taniguchi, sin cambiar nacionalidades, estilo y mensaje principal, el cual conforme avanza la cinta también comprenderemos, el protagonista revisa la vida del escalador desde que era un pequeño al que le gustaba subir cerros sin razón, para después convertirse en un profesional que peca de soberbia y que no conoce el trabajo de equipo, lo cual lo lleva a quedarse solo para después pasar por una dolorosa tragedia personal que lo acompaña de por vida en forma de cartas con dinero y un terrorífico fantasma en pleno ascenso donde pierde una nueva batalla contra su eterno competidor, todo esto se nos presenta a modo de flashbacks al tiempo que lo descubre Fukamachi mientras este lleva a cabo su investigación con entrevistas y se entrena para lo que sabe que seguirá.
Que no es otra cosa que ese esplendido clímax final donde queda claro que Habu ya ha crecido totalmente como persona, pero sin desprenderse jamas de esa obsesión por escalar, por conquistar, por ser el primero y el mejor, por retarse con nuevos obstáculos imposibles aunque no importen para nada, aunque nadie lo sepa jamas, sin una lógica para los demás ¿para que jugarse la vida en algo tan vano? queda claro que el descubrimiento de la verdad tras Mallory es solo secundario para quienes aman escalar, para las obsesiones de los hombres, cual si fueran ese pobre pingüino que se pierde en las llanuras heladas de "Encuentros en el Fin del Mundo", todo esto con una aminación tradicional hermosa, una inmersiva banda sonora y un respeto hacia las montañas que pocas veces se ha visto, al final uno termina extasiado ante la hermoso y peligroso que es lo que vemos, algunas escenas memorables (las escenas de ascenso como la de la tragedia, ese terrorífico joven flotando cual terror de Junji Ito, ese ascenso final), al final quedo con la duda de siempre, porque el cine japones duda tanto en adaptar estas obras más adultas, por lo pronto tenemos a talentos de otros países que las respetan y admiran para darlas a conocer de la mejor manera.
Calificación: Muy Bien