El buenazo Michael (Bart Hollanders) lleva a su dulce novia Alison (Maaike Neuville, bien) a algún lugar de Europa del Este a hacerse una cirugía para reducir los senos, y de colada va su insidiosa suegra Sylvia (Annick Christiaens) que aprovechara para hacerse una nueva estiradita y lo que se pueda, desde el camino el director y guionista Damoiseaux deja claro cual es el tono de la película con ese autobús lleno de adolescentes que no paran de hacerle señas sexuales y soltarle improperios a la chica que cuenta con una delantera majestuosa, algo que incomoda notablemente a la chica, en tanto ella piensa rebajarlas para estar más tranquila y por el dolor de espalda Michael quiere pedirle que se case con él, ya en el lugar queda claro porque las operaciones son económicas, no solo no saben el tipo de sangre a punto del entrar al quirófano sino que toman café en plena mesa de operaciones, el nervioso Michael es distraído por el drogadicto mujeriego Daniel (Benjamin Ramon) que lo lleva a dar una vuelta por el hospital, en uno de los cuartos encuentran una mujer atada a la que liberan, para darse cuenta de que esta infectada y es un zombi que desatara el apocalipsis.
Michael intenta escapar salvando a su amada pero todo lo que hace le sale mal, si intenta detener a un infectado se noquea solo, si quiere hacer una bomba para salvar a los demás queda mal, si quiere reconfortar a su amada esta no se deja o si debe matar a su suegra infectada simplemente se acobarda, situación que aprovecha el artero Daniel para ganarse poco a poco a Alison en medio de la locura, por ahí se encuentran con el medico causante de todo esto por culpa de sus experimentos de belleza usando células madres de fetos, una inescrupulosa mujer de negocios (Clara Cleymans, bien) y hasta una chica que no quiso morir virgen (Taeke Nicolai), juntos (y separados) se enfrentan a zombis, fetos de animales infectados, el ejercito y entre ellos mismos donde solo el más apto podrá sobrevivir, la cinta tiene un ritmo vertiginoso donde no existe ni un solo momento de calma, la cámara siempre trepidante se mueve en diferentes frentes de forma cambiante, la fotografía es colorida, la música es buena con algunas canciones conocidas en versiones diferentes que terminan funcionando y donde principalmente brillan unos efectos prácticos donde no se escatima en sangre y tripas.
De hecho los efectos especiales a la antigua brillan en todos los aspectos, desde la sangre, vísceras, prótesis y heridas abiertas hasta penes alargados, con un humor que más que negro es mala leche, donde nunca se le da descanso a nuestro protagonista que paga con creces el ser buena persona en una situación así, o en cualquiera, donde más que ser bueno terminamos pensando que es un tontorrón, la misantropía brilla durante la cinta, que si la novia que prefiere al patán de turno, que si los chantajes en medio del asunto, la calentura en plena crisis, y trampas de tal bajeza que uno termina asustando al tiempo que carcajea, ademas la película contiene muchas escenas memorables como ese hilarante final para el "juguete" del actor presumido, la dolorosa escena de los dedos por culpa de los soldados, la escena de la puerta y la bomba, y por supuesto el desquiciante final, y todo esto mientras damos gracias porque no se realizo una operación que nos permite ver rebotar algo bonito en medio de la sangrienta masacre.
Calificación: Bastante Bien