"Quién controla el presente controla el pasado y quién controla el pasado controlada el futuro", con esta poderosa y lapidaria frase del maestro George Orwell comienza el documental de Alcalá que deja claro en el título que es lo que veremos, pero aunque pudiera pensarse lo contrario no debemos confundirnos ya que la cinta no responde la pregunta, ni intenta hacerlo, lo que sí hace de buena manera es presentar ese pintoresco personaje que fue Manuel Buendía, un periodista investigador que escribia de manera mordaz, ácida y con mucho humor negro a sabiendas de que se ganaba enemigos con cada columna, como todos sabemos el periodista fue asesinado en plena vía pública y con una desfachatez que ya se ha vuelto común en el país, con recreaciones imaginativas, muchas entrevistas, buenas imágenes de archivo sabiamente montadas y las grandiosas columnas de Buendía narradas por Daniel Giménez Cacho la cinta siempre se mantiene interesante, emocionante y hasta encabronante al constatar que casi nada ha cambiado desde entonces.
El documental nos muestra de forma generalizada y con pocos detalles como este joven conservador que estuvo en el seminario se convirtió en periodista de nota roja, primero en un periódico del pan y luego director de la prensa a la que le dio un cambio de periódico policiaco a uno general con énfasis en la política, e incluso trabajo un poco para el gobierno de donde salió tan desilusionado que se convirtió en un durísimo crítico de las autoridades, es así que vemos a través de sus columnas como se volvió incómodo para todos los sectores del poder, y por supuesto se pone sobre la mesa quienes son los sospechosos de ese cínico asesinato ocurrido el 30 de mayo del 84.
Buendía fue amenazado directamente por el caudillo Rubén Figueroa, un sanguinario gobernador que se jactaba de convertir a los guerrilleros en "pescadores", también descubrió los nexos nazis de los tecos del Guadalajara, mencionó los nombres de los agentes infiltrados de la CIA y sacó a la luz la venta de armas ilegales en México, pero la teoría más cercana debe ser esa que comenzó como una medida de generar ingresos económicos para apoyar a los contras en Nicaragua empezada por Estados Unidos, es decir el narcotráfico que ahora maneja el país por medio de los carteles y que por supuesto estaba y está auspiciado por el gobierno en un abrazo tan cercano que sobra espacio para dos en una cama individual.
Es decir el documental nos vuelve a decir que el narco es lo peor que pudo pasarle al país, que el gobierno los creó, por ahí dicen que los primeros jefes de carteles fueron de la dfs, y con Manuel Bartlett siempre manipulando desde las sombras, un poder que los siguientes gobiernos se han empeñado en hacer crecer, y lo mejor de la cinta, esas entrevistas a los colegas periodistas y expertos que siempre tienen algo interesante que decir, y esos personajes, Zorrilla, Coello Trejo o el sobrino de Ávila Camacho, el actor villanesco y picaresco Rafael Moro Ávila Camacho.
Calificación: Bien