En cuanto comienza la cinta más reciente cinta del prometedor Mackenzie queda claro por la información escrita que vemos en pantalla que estamos ante una especie de secuela de aquella emocionante cinta de Gibson llamada "Braveheart", de inmediato se nombra a William Wallace y se comienza la historia prácticamente en el tiempo en el que aquella estaba terminando, esto parecería un suicido ya que por más que la cinta de Mel Gibson sea criticada y se le busquen errores por todos lados lo cierto es que la defenestrada estrella logro hacer una cinta permeada por su carisma en todos los sentidos, tanto así que hasta sus mayores detractores, los del actor/director, siguen deteniéndose a verla cuando la encuentran en algún canal, con esa sombra, es decir la sombra del mártir Wallace, parece ser difícil competir, pero lo cierto es que Mackenzie lo logra, con un personaje casi tan legendario y con una manufactura de primer nivel que es lo que se esperaría de una secuela no oficial, que bueno que así sea, de esa cinta.
Con un majestuoso plano secuencia de nueve minutos la cinta comienza deslumbrando, con un diseño de época exquisito y una cámara siempre en ágil movimiento que nos mantiene embelesados por lo bello que se ve ese sucio mundo, con una dirección excelente que a pesar de estas proezas técnicas le da preferencia al arte en estado puro, por ello en estos minutos que la cámara se mueve, se detiene en un plano, sigue a algún personaje, hace acercamientos, o abre la toma se le da suma importancia a los detalles, esas manos de un avergonzado Robert the Bruce (Chris Pine, muy bien) que buscan desafanarse mientras el imperativo Rey Edward (Stephen Dillane, adecuadamente villanesco) se lo impide al tiempo que le exige más y más en su juramento de lealtad, esa pelea de "practica" entre príncipes donde queda claro cual es su relación y pasado, esa forma de mancillar un apellido que despierta el rencor en James Douglas (Aaron Taylor-Johnson bastante bien con esa furia a flor de piel) o esa demostración de poder casi sin menguar palabra que simboliza más de que se ve.
Dicho todo esto queda claro que la cinta me gusto muchísimo, no soy amante de los largos discursos ni la sobreexposición por lo que estos hombres de pocas palabras y miradas fuertes me parecen más poderosos que lo que esta de moda, y creo que queda más con esa época, la historia comienza con un Wallace derrotado y los escoceses cediendo ante la tiránica corona inglesa que no tiene pensado respetarlos ni dejar de oprimirlos, pero aunque Robert no este de acuerdo respeta a su padre (James Cosmo) que se arrepiente en su lecho de muerte de confiar en su amigo Edward, aun así Robert intenta mantener la paz para un pueblo que ya ha sufrido lo suficiente, más ahora que le han impuesto una nueva esposa de la que poco a poco se enamora por su sabiduría, valor y empatía, Elizabeth (Florence Pugh, excelente), y con una niña pequeña a la que debe cuidar, pero cuando torturen y asesinen a Wallace como se vio en "Braveheart", y ademas lo descuarticen dejando pedazos de su cuerpo en estacas de todos los pueblos, los escoceses se rebelan y Robert decide acompañarlos, desafiar a los contrarios a su ascendencia y volverse rey de Escocia después de esa impresionante reunión política de los sacerdotes.
De aquí lo que veremos es la lucha incesante de batalla tras batalla de los pocos escoceses contra uno de los ejércitos más poderosos del mundo y donde Robert aprenderá por la mala que las guerras no se ganan siendo un caballero, se ganan siendo lobos feroces, todo esto con momentos emocionante, con la cinta siempre teniéndonos en tensión con los múltiples ángulos de batalla y peligros donde nadie esta exento de morir, con una fantástica fotografía de Barry Ackroyd, una exquisita banda sonora de Grey Dogs y un reparto majestuoso, a los mencionados se les debe añadir Billy Howle más que adecuado como un patético príncipe ávido de poder, a Tony Curran como el consejero/mentor de Robert, Sam Spruell como villano cruel, y a todos los secundarios que se desempeñan muy bien, como pero diría que se echa en falta un poco más de tiempo de desarrollo en algunos momentos donde la historia parece brincar, supongo que el recorte en la edición final afecto esto para no hacerla tan larga, eso si, si saliera una versión "Director Cut" con media hora más la vería sin duda.
Otra cosa que me gusto bastante es que Mackenzie logro hacer una cinta épica que no solo presume serlo sino que en realidad se siente así, con decorados reales y muchísimos extras, donde los efectos especiales por computadora se usan lo menos posible, de hecho el mayor error de la cinta viene en un momento de su uso, dándole prioridad a los efectos prácticos, a la fuerza de los sus escenarios, a las tomas abiertas que regalan bellas postales, y al drama que hace despertar sentimientos al por mayor, de pronto te sientes impotencia, enojo, odio, un momento te pone una sonrisa en el rostro o de plano sueltas lagrimas mientras alguien sufre, todo esto sin chantaje de ningún tipo, solo con la fuerza de la narrativa que nos mete de lleno en la historia y nos hace empatizar con los protagonistas mientras odiamos a los villanos, en algún momento dije "¡eso es trampa!", rece con los protagonistas y me emocione con los ojos abiertos en esa batalla final esperando un buen final, después de tanto dolor uno solo espera lo mejor a los que ha acompañado en el viaje de dos horas, rogando que la historia no haya sido cruel con ellos, eso quiere decir que Mackenzie lo logro, bien jugado.
Calificación: Notable