La preocupona Katie (Abbi Jacobson, bastante bien) esta organizando una fiesta sorpresa para su novio pero debe ir a recoger el pastel y de paso a su hermano bueno para nada y drogadicto Seth (Dave Franco), cuando llega por el descubre que ha vuelto a recaer y tiene que llevarlo a un centro de rehabilitación pero sin que en ningún lugar lo acepten, ademas tiene que lidiar con su sobrina Ella (las gemelas Madeline y Charlotte Carel) que estaba con su hermano, a partir de este momento vemos un drama donde con el carro de por medio ambos hermanos recorrerán la ciudad teniendo diferentes situaciones, desde los desaires de las clínicas, el síndrome de abstinencia, la búsqueda de la droga o el vergonzoso evento en la farmacia, mientras que todos le llaman desde una fiesta ya comenzada primero aconsejándole y después exigiéndole que deje a su hermano lidiar solo con eso.
Algo a lo que Katie se rehúsa por más que tener que cargarlo haya hasta detenido su vida en cierta manera, perdiendo oportunidades y momentos que nunca volverán, su novio el reclama, sus padres (Tim Matheson y Jane Kaczmarek) ya están completamente desentendidos y solo ella sigue luchando y teniendo confianza en el heroinómano que ha caído una y otra vez en las garras de la droga, la película es intima, sencilla y retrata de buena manera la relación de dos hermanos que han tomado diferentes caminos sin caer en el chantajismo o sentimentalismo, lastima que la recurrente metáfora visual del carro inundándose solo estorbe y resalte algo que debería ser más sutil.
Y es que lo más valioso de la cinta es quizá ese mensaje final que es opuesto a lo que la mayoría de las películas dicen y como esta comienza, eso y la actuación de Jacobson que hace muy bien el papel de hermana abnegada a regañadientes con mucha frustración que aunque ama a su hermano lo hace más por ser responsable, pero aquí como en "Hillbilly Elegy" se nos dice, o recuerda, que cada quien es responsable de uno mismo y que la salvación es personal, solo la propia persona puede salir del infierno en que entro y vive, y no tienen porque arrastrar a los demás, es doloroso por supuesto, pero también liberador, si no que se lo pregunten a Katie.
Calificación: Competente