Sam Ali (Yahya Mahayni) es un Sirio que se enfrenta al sistema, al grado de que termina tachado de terrorista, debido a esto se ve obligado a huir y abandonar al amor de su vida Abeer (Dea Liane) que tiempo después se casa con un importante diplomático, al intentar retomar la relaciona Ali se da cuenta de que tiene que viajar a la Unión Europea, algo peligroso debido a que es inmigrante, ya en Bélgica el pretencioso artista Jeffrey (Koen de Bouw) le presenta la oportunidad de ser legal y ganar dinero convirtiéndose en una obra de arte viviente con nada mas y nada menos que su visa de permiso tatuada en la espalda, lo que sigue de aquí son las humillaciones y los problemas que pasa el protagonista que deja de ser visto como humano para convertirse en un símbolo, no solo de arte sino de lucha social, siendo usado y esclavizado por los mismos que dizque luchan por él y los suyos.
La directora Hania tiene claro cual es su discurso y mensaje, ni siquiera lo usa como metáfora o algo simbólico sino que directamente es prácticamente lirico, y aunque odio usar el termino, quizá sea pertinente en estos momentos, no solo por los problemas que sufren los habitantes de medio oriente sino por la grave crisis migratoria de refugiados que afecta a todos, el detalle es que la también guionista nunca sabe como meter eso en una historia interesante, la historia de amor poco nos importa, por lo que todo recae en lo de ser una obra de arte, pero se hace con tan poca furia, como no queriendo molestar en demasía a nadie, que nunca nos gana por completo, y es así que la cinta deambula hasta un final que no esta a la altura de lo mostrado anteriormente.
Más allá de todo este asunto de los derechos y el sufrimiento de los refugiados lo mas interesante del filme viene a ser algo que quizá no pensó en demasía la directora, el como todos pelean por causas sociales, los tan mentados Social Justice Warriors, que pelean desde una pantalla o una red social pero que en realidad les interesa poco o nada hacer algo que cambie esto, y que prefieren ser inmorales o romper lo que creen con tal de seguir luchando por su causa, por ello el pobre diablo de Ali servia como ejemplo en la cinta, todos lo veían como un estandarte para su lucha pero no lo ayudaban porque perderían esa bandera, y por otro lado esta lo del arte, no se si es critica pero puede leerse de esa forma, el tipo solo tiene tatuada su visa, no hay nada artístico ahi, pero viendo su contexto de refugiado indocumentado ya se convierte en arte por su historia chantajista, ¿cuantos casos no hay asi? pero el arte se vuelve mejor cuando el artista sufre o estamos de acuerdo con sus ideas, en lo personal no lo creo, pero al parecer la mayoría lo ve así, too shame...
Calificación: Vale la Pena