¡Vaya telita! este mediometraje no es mas que un intento desesperado de aprovecharse de manera oportuna de lo que todavía retumba en el país del norte, ese movimiento que comenzó con la muerte de George Floyd a quien hacen referencia en por lo menos tres ocasiones, y de paso ganar la mayor cantidad de premios posibles, ya que al tratar un tema racial y social de actualidad, los críticos de cine tan acostumbrados a aplaudir estas luchas sociales, y los seudo cinéfilos que piensan igual, o no se animan a pensar diferente por miedo, o piensan así porque sienten que los hará verse "intelectuales", aplaudirán cuales focas esperando restos de pescado, solo que aquí podrido.
Esto debido a que en lugar de hacer una cinta solo se enfocaron en el mensaje, a tal punto que todo termina en un ridículo intercambio de ideas donde el negrito de marras dice una cantidad de sandeces que hasta resultan peligrosas, suelta que todos los negros tienen que robar para sobresalir y que el sistema los recompensa con el mejor premio posible por lo único con lo que no tuvieron nada que ver, ser blancos. A esto le sumamos un protagonista pedante, grosero y racista (también puede existir a la inversa, y no descubro nada), donde se afirma que todos los policías son psicópatas racistas con ganas de matar, con problemas de tiempo incompatible con el bucle, y donde el protagonista llora por la vida que llevan, todo esto después de salir de un departamento de lujo, vestir ropa de marca y alimentar a su perro vía teléfono, al final es un aburrido panfleto manipulador y oportunista.
Calificación: Churrote
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