Al comenzar la cinta Craig Foster confiesa que esta en una depresión y sin saber que rumbo tomar en sus vida, por lo que regresa a las raíces y hace lo que mas le gusta, bucear, ahí encuentra a un pulpo hembra desde pequeña y comienza una conexión que lo saca de la depresión, le enseña sobre la naturaleza y como si podemos formar parte del ecosistema, sin creernos el centro de todo, por supuesto todo este asunto del amor y el vinculo que forma con el animal resulta siempre interesante, sentimental y con un dejo chantajista, pero funciona de buena manera, por mas que las divagaciones en voz en off resulten impositivas. El intento de manipular es lo único que se le puede recriminar a este documental que cuenta con unas imágenes bellísimas y un montaje estupendo, que ademas nos recuerda algo que ya sabemos desde hace mucho, los pulpos son animales muy inteligentes, al nivel de los perros, aunque nos parezcan ajenos y lejanos.
Otra cosa que valoro mucho del protagonista y de los directores, Pippa Ehrlich y James Reed, es que a pesar de que se interactúa mucho con el pulpo en ningún momento afectan el ciclo de este, cuando el animal sufre lo hace solo, cuando se salva tiene que hacerlo por sus propios tentáculos, y cuando tiene momentos de felicidad los disfruta en soledad, este tipo de documental, el mas duro y puro, el que solo es un ojo vigilante sin hacer nada para manipular el entorno, es cada vez mas difícil de ver en esta actualidad donde todos se creen salvadores. La cinta como ya anote arriba tiene imágenes hermosas, bellas postales, imágenes submarinas que quitan el aliento, y mas que las interacciones y la relación afectuosa, o por lo menos de confianza, que desarrollan el ser humano y el animal, lo mas interesante es como este se desenvuelve en su día a día.
Es así que somos testigos de su vulnerabilidad cuando es pequeña, como crece día a día, la manera instintiva en que se protege y desarrolla, y ya cuando es adulta como caza, la forma en que se alimenta, el tenso escape de un depredador, el sufrimiento al escapar por los pelos de una muerte segura que la deja malherida, y finalmente esa aceptación de irse cumpliendo el ciclo de la vida de manera tan honorable y respetuosa que no queda mas que derramar unas lagrimas por el invertebrado que conoce mas del mundo y de la vida que nosotros mismos, todo esto montado de manera impecable y con unos diálogos puntillosos que dan en el blanco logrando el objetivo de conmover, tanto así que ahora la pienso cuando me voy a comer un molcajete, gracias a Dios no me arrepiento y lo devoro, si el pulpo entiende su papel en la vida seria una ofensa no respetarlo, aunque por el de la película si derrame las de Caín.
Calificación: Bien
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