Carlos (Raúl Arévalo en modo posar como héroe) es un empresario que termina mezclándose en un complot internacional donde la ONU intenta desenmascarar a un dictador y a una empresa corrupta, todo esto con la promesa de un jugoso empleo que lo lleva a vivir junto a su esposa embarazada en el sueño de los Estados Unidos, con esta premisa parece que veremos una película entretenida, por mas sin sentido que tenga todo, pero lo que se va juntando en una trama complicada en el peor sentido de la palabra, donde nada tiene sentido, donde las piezas nunca embonan, se ponen cosas sobre la mesa que luego se olvidan, y peor aun, todo sucede de forma mágica y por suerte, digamos que la película es un deus ex machina.
Ademas la cinta esta quebrada, al inicio intenta ser como un thriller internacional que nunca termina de convencer, después una película de acción que no parece nada creíble, ¿de cuando acá un godinez puede hacer lo que un super agente secreto solo por deseo?, la persecución esta pesimamente montada, y finalmente una cinta de drama tan desabrida que ya ni recuerdo de que va, eso si, los buenos ganan, los malos pierden, y la critica a Guinea Ecuatorial con todo y el perdón de moda por el pasado están ahí. Con todo lo escrito parece que estoy diciendo que es una mala película pero no es tanto así, es quebrada, limitada y aburrida, pero cuenta con algunas escenas bien montadas, una producción donde se nota que se gasto el dinero, y muchas locaciones que por lo menos nos hacen detener el bostezo.
El problema es que fuera de eso la cinta es como ya advertí, bastante aburrida, y también muy olvidable, ademas de incongruente con un protagonista al que quieren vivo y un minuto después se les olvida y quien matarlo, y como estos sin sentidos hay miles, una lastima, quizá si el director y guionista Esteban Crespo hubiera optado por un cine mas personal y conocido no habría cometido el fallo de este intento de cine hollywoodense que comete el peor pecado de los blockbusters palomeros, ser aburrido.
Calificación: Churrito