FESTIVAL DE LA CANCIÓN DE EUROVISIÓN: LA HISTORIA DE FIRE SAGA (EUROVISION SONG CONTEST: THE STORY OF FIRE SAGA, EU, 2020)
En cierta parte de la cinta el protagonista, el infantil, obsesivo y soñador Lars (Will Ferrell todavía con carisma) le grita al niño baterista de su banda que se olvide de sus sueños infantiles ahora que todavía es pequeño, entendemos que de esa manera el gigantón Islandés Lars le quiere decir al pequeño que no tiene caso luchar por sueños y fantasías imposibles ya que a él le costaron el tiempo y una vida perdida, es decir un chascarrillo mala leche que nos hace reír de forma agridulce, no solo porque lo vemos derrotado sino porque parece que la vida en realidad es así, pero por fortuna para nosotros, Ferrell que también escribió el guion parece decirnos al final que esa linea no era depresiva u obscura sino que quizá, y solo quizá, sea porque madurar a veces significa dejar atrás los sueños infantiles para tener, desear y alcanzar otros que son muchísimo mas importantes, es decir sueños pensantes, que nos darán una satisfacción que no solo es momentánea o emifera sino humana y perdurable.
De hecho la cinta me gano principalmente por ello, esa bonita historia sobre una pareja de músicos islandeses fracasados que al final logran su sueño de manera poco ortodoxa y peculiar, es decir no todo son los premios y la fama, es mas importante el arte, los corazones, el cariño de las personas y por supuesto cantar con el alma, y si todo esto lo hacen desde la perspectiva de los islandeses que son tan imponentes como nobles de corazón no queda mas que rendirse ante esta cinta que ademas homenajea mas que parodiar el certamen Eurovision con esa dulce historia de amor sobre dos personas que obviamente se aman pero se resisten a estar juntas, recuperando al personaje de la mujer enamorada con una actriz que parece nacida para estos papeles, que homenaje al tiempo que se burla de la cultura islandés, el parentesco de todos, los elfos que cumplen deseos, las ballenas en el mar, la cultura sencilla y noble, y el grandioso orgullo vikingo, que no deja de lado la política y la corrupción de estos concursos y hasta de los países involucrados y que tiene unas canciones estupendas acompañadas por una soundtrack maravilloso de la talla de Sigur Ros.
Lars desde pequeño decidió que ganaría el festival Eurovision para que nadie mas riera de él, años después su amiga de toda la infancia Sigrit (encantadora Rachel McAdams) lo acompaña en el grupo Fire Saga que no ha renunciado al sueño, con la hilarante "Volcano Man" se nos presenta a estos dos músicos que se supone son pateticos pero que me ganaron desde esta canción, para después entrar por pura suerte en la final Islandesa y por mas suerte, o mala suerte, terminan dentro del concurso con "Double
Trouble" donde los malentendidos, un antiheroe delirante como el patán Alexander (Dan Stevens divirtiéndose de lo lindo) y su "Lion of love", y múltiples cameos que harán la delicia de los aficionados al concurso real, sumemosle una hábil forma de burlarse de los americanos por el mismo Ferrell que es americano, esos insultos siempre son desternillantes, la subtrama de los elfos es tan surrealista que funciona, lo del padre (Pierce Brosnan, bien) avergonzado es la base de la cinta.
La historia romántica funciona como las de antes, malentendidos, amor platónico, cariño en la amistad, y llega a su punto cumbre con esa madurez que alcanzan también en su música con el himno "Husavik", ese maravilloso final que nos recuerda la belleza de Islandia y lleva la cinta a otro nivel. Quizá se esperaba mas humor pero el que esta funciona para que la cinta avance amenamente, algunos chistes no funcionan como el de Demi Lovato, pero otros como el running gag de la cálida canción "Jaja Ding Dong" y el tipo de la barba siempre causan la carcajada, eso si quizá el amor y cariño de Ferrel y el director David Dobkin a Eurovision causa que se vayan mas por el homenaje que la parodia y esto no sea del gusto de todos. Pero insisto, ese final, el ángel y luz de Rachel McAdams, la fabulosa música, la voz de Molly Sandén, las ridículas presentaciones del grupo, la incorrección política por momentos, el vestuario inspirado en la legendaria cantante Bjork y esa luz de cine musical me ganaron por completo, y ¿ya mencione a Rachel McAdams?
Calificación: Bastante Bien