EL LEGADO DEL DIABLO (HEREDITARY, EU, 2018)
Desde el inicio el director y guionista Ari Aster deja clara su maniática puesta en escena que esta llena de detalles en todo momento y también el uso diabólico que hacen (y hace) de los personajes de la cinta, una cámara esta tomando una casa del árbol en la América profunda y empieza a girar para mostrarnos la casa y luego una pequeña casa de muñecas adonde la cámara se acerca y vemos acostado a un joven que es despertado por alguien mas, sin corte alguno, dejando claras las intenciones y parte de la simbologia del filme, son Peter (Alex Wolff con cara de perplejidad absoluta) el hijo descarriado de la familia y su padre Steve (Gabriel Byrne, muy bien) que lo apura para ir al entierro de su abuela de quien ya sabemos varios datos (claves) en ese escrito con el que empieza la cinta, despues de esto va por Charlie (Milly Shapiro, bien) que durmió en la casa del árbol y es una joven un tanto extraña, y por ultimo la taciturna Annie (Toni Collette, perfectamente fascinante) que ya espera en el carro como apurando algo de lo que ya quiere salir.
La típica familia norteamericana con los padres en buena posición económica, uno de ellos mas racional y el otro mas artístico, el adolescente rebelde y la chica tímida, hasta aqui todo parece normal pero el discurso de Annie sobre su madre es incomodo, da a notar que la relación con su madre apenas existía y era pésima, tanto asi que ella misma se pregunta si debe sentir mas dolor, pero no solo es eso, el velorio es extraño, un símbolo que parece repetirse sin que sepamos de donde viene, un tipo que sonríe a la pequeña Charlie, extraños que cuidan el cuerpo de la difunta, y una familia que parece estar agusto de haberse liberado de la anciana, ya en casa Annie que se dedica a hacer las esmeradas casas y escenarios a escala ve a su madre en las sombras, ella piensa que lo imagino y no es difícil pensarlo al ver la obsesión que tenia con ella en esos escenarios donde la mujer espía a ella y su marido, o donde intenta darle pecho a Charlie.
Todo aparece mas dudoso cuando Annie cuenta su vida en el grupo de ayuda y nos enteramos que su familia esta llena de enfermedades mentales incluyéndola a ella, y mas aun cuando sale a la luz cierto episodio doloroso de sonambulismo que casi termina en fatalidad, pero hasta aquí solo suponemos, hay un claro sentimiento de incomodidad en una familia que ya no encaja bien, y que solo se hará mas grande cuando una fiesta lleve a una fatalidad, es aquí cuando la tensión se vuelve insoportable, donde las dinámicas familiares se vician aun mas, cuando los resentimientos afloran a la menor provocación, donde los simbolismos aparecen aquí y alla, y donde se nos muestra que el demonio, la maldad, se esconde, escuda y vive en nuestra propia familia y justo por ello es mas difícil discernirla, descubrirla, enfrentarla... vencerla.
Hablar de la trama de la película sin descubrir secretos es casi imposible, las múltiples sorpresas se encuentran en todo el metraje y es mejor visionarla sin saber casi nada de ella, apenas a un cuarto de la cinta nos encontramos con el primer golpe de marro en la cara que nos deja tan atónitos como a cierto personaje mientras tratamos de recomponernos apenas creemos lo que vemos, estas sorpresas estan en todo el metraje y lo vuelven impredecible, las actuaciones son estupendas, ni sobreactuadas ni increíbles, son casi perfectas, Collette sobrehumana como una mujer inestable o perseguida, Byrne contenido pero cambiando de matiz con solo la comisura de sus labios o un cambio de mirada, en cuanto a la puesta en escena de Aster es maniática, con tanto nivel como las casas obsesivas que hace Annie para la galería, el tipo pone detalles aquí y alla, siempre invitando al revisionado.
Su dirección es magnifica, con un ritmo pausado que solo sirve para que nos sintamos mas incómodos y aterrados, mostrando lo que debe, sugiriendo, desenfocando, apenas mostrando en segundo plano, en una esquina o en las sombras, y que ademas desata una terrible maldad en el clímax final, porque a pesar de las quejas de muchos que quizá ni terminaron de verla si hay una explosión final, que se ha ido anidando y conteniendo toda la cinta y que cuando explota es insoportable de mirar pero también inexplicablemente imposible de mirar, con un guion maquiavelico y sádico que no da tregua alguna, la banda sonora de Colin Stetson acompaña perfectamente a la cinta, nos sumerge mas en la película y nos golpea el espíritu elevando lo que sucede en pantalla, algo parecido sucede con la fotografía de Pawel Pogorzelski que nos tiene siempre al borde la cinta, y solo ayuda en esta contención y el sugerir del director, y si hablamos de simbolismos esta cinta nos remite a nuestros peores miedos, los demonios que los padres heredan a sus hijos, la mala madre, el sentimiento de culpa, la falta de unión familiar, la diferencia que se hace con el amor dado a los hijos, los demonios personales, el mal que se encuentra dentro de la propia familia, las sectas diabólicas que rigen el mundo, y por supuesto el terrible final donde todas las piezas del rompecabezas encajan y queda claro a que se refiere el nombre original mientras mirados perplejos, fascinados, y anonadados al ver algo que no creemos o no queremos creer y un escalofrió inacabable nos recorre y nos acompaña a la cama donde quedamos viendo el techo sin dormir y en las sombras solo vemos sonrisas incomodas.
Calificación: Excelente