¿Estamos ante la mejor película de Paul Thomas Andeson? No podria hacer tal aseveración ya que no he visto todas sus cintas pero lo que si es verdad es que de las que he visto es la que me parece mas redonda, por poco, pero no tiene escenas ni momentos fuera de lugar ni donde baja la calidad sino que todo se va hilando de manera perfecta para mostrarnos esta magnifica historia de amor que parece tan real que duele, el amor no es perfecto siempre, ni romántico, ni lindo, tiene sus partes oscuras y dolorosas, es cercano al odio y siempre tiene un grado de obsesión, ademas de que si ambas partes no aman igual resulta inaceptable para el que da más, cada parte de la película forma parte de un todo al que el director nos lleva poco a poco, donde va hilando las diferentes telas para en entregar una obra mayor, porque eso es esta cinta apenas entendida por la critica que se dividió y subestimada por el publico que la considero aburrida y lenta quizá demasiado acostumbrada a la aceleración y lo sobre-dialogado y explicado.
Algo que no tiene esta cinta ya que como cinta de antes le da valor a las pausas, los silencios, las miradas, los ademanes, el lenguaje corporal, los diálogos inteligentes, el actuar fuera de cámara con la misma fuerza que si se estuviera enfrente de ella, y por supuesto el talento de Anderson que sabe en donde poner la cámara y cual es la manera apropiada de moverla de acuerdo a la situacion que esta en pantalla, por eso tenemos esos travellings, los planos secuencia inacabables, las cámara fija que nunca cambia mientras la situacion de la escena si por el poder de los actores, esos cambios rápidos cuando tenemos un clímax emocional, y la cámara siempre exacta para darle valor a los objetos, a las locaciones, al simple fuego de una vela que desvirtúa lo que tiene detrás y por supuesto a esos hermosos vestidos que engalanan la cinta y le dan mas clase aun y que nos causan un deleite visual a los espectadores.
Desde el inicio Paul Thomas Anderson nos muestra como es su personaje principal, uno muy propio ya que nace de su propio guion, ¿quizá el amor como lo vive o concibe? conocemos a Reynolds Woodcock (el ya inmortal Daniel Day-Lewis, perfecto) mejor modisto de mediados del siglo pasado, un diseñador admirado por todos que tiene éxito, fama y fortuna, y que vive con una obsesión a los detalles impresionante, todos los días los zapatos, las cejas, el rasurado, el peinado, la ropa, todo es impecable, el se viste con la misma grandeza que los diseños que les vende a sus clientas, mujeres de la alta sociedad, ricas esposas de empresarios o de cunas, incluso títulos mobiliarios que no por tener dinero tienen educación y que por lo mismo no valoran el trabajo de Reynolds, para ellas solo son trapos que estan de moda y no ven el amor y el alma que deja el modisto en su trabajo, para el sus diseños son importantes, son parte de el, representan su vida, su obsesión al trabajo, sus horas sin dormir, y hasta el amor a su difunta madre.
Por ello Reynolds ocupa olvidarse de todo y viajar a la campiña para respirar y desestresarse, en uno de esos viajes conoce a la torpe mesera Alma (Vicky Krieps, excelente) que inmediatamente llama la atención del hombre que pide para comer suficiente para un batallón y la invita a comer, ahi platican sobre ambos, ella una mujer a la que su familia sometía, el un tipo que solo vive para su trabajo, pero llegan mas alla y cuando le preguntan a él porque no se ha casado solo sabe contar el pasado que tuvo con su difícil madre, la que le enseño el oficio y nunca le reconoció su talento, Reynolds no lo dice pero parece que sigue buscando el reconocimiento de su madre, ella es su motor y razón de hacer lo que hace, por ello la lleva a todas partes, y no solo en mente y corazón sino también físicamente como un mechón de pelo escondido en los pliegues de su impecable ropa.
Alma queda prendada por el virtuosismo y el talento del hombre y se va con él, mientras el mira un diamante en bruto que pule para que se convierta en su musa y modelo, ella tiene porte y carácter, se vuelve mas culta, abraza el trabajo y los gustos del hombre que admira y por quien siente algo, es obvio que Alma se enamora de Reynolds y al mismo tiempo el se enamora de ella o asi parece, pero despues parece que en realidad solo era la chica del momento, la musa que necesitaba en ese entonces, algo que la manipuladora hermana de Reynolds, Cyril (Lesley Manville), le comenta a Alma, su hermano no esta hecho para el amor y no le gustan las sorpresas, su vida quisquillosamente organizada, sin ninguna sorpresa, pero Alma no es una mujer que este dispuesta a hacerse a un lado, luchara por su amor, no permitirá que Reynolds le rompa el corazón tan fácilmente.
Para ello estará pendiente de él, defenderá sus prendas, se enseñara a coser, de moda, le dará el valor a su trabajo que nadie mas hace, estará a su disposición, física y psicologicamente, cambiara su comportamiento y lo acompañara a todos lados, mientras Reynolds cada vez esta mas enamorado, y cuando Alma lo sienta enamorado, cuando logre su cometido, a causa de una artimaña tan mezquina como astuta, ella se pondrá a hacer caprichos, siempre los ha tenido pero ahora los muestra mas, ahora Reynolds es el que la sigue, el que la busca, la cuida, la ama, la soporta (¡esos desquiciantes desayunos!) aunque lo saque de quicio, todo esto con la virtuosa dirección de Anderson, la brillante banda sonora de Jonny Greenwood que inexplicablemente no gano el oscar, con la preciosa fotografía del mismo Anderson, el guion inteligente del mismo director, una producción majestuosa, un reparto impresionante, el vestuario precioso de Mark Bridges que tiene alma propia y esa obsesiva puesta en escena tan quisquillosa como sus protagonistas y su director, es asi que vemos esta relación de amor, con toques de comedia y odio que ademas lo hace siempre con clase hasta que llegamos a ese final de antología donde queda patente que el amor tiene tantas formas como personas en este mundo y que muchas veces se logra sanando los fantasmas y demonios emocionales que cargamos.
Calificación: Excelente