La cuarta película de Joe Johnston es una divertida aventura con tintes cómicos que en su tiempo presumió unos efectos especiales muy buenos ya que su director es un especialista en ellos, vista mas de veinte años despues si hay algunos efectos que se notan desfasados, los de computadora en general, pero no desmerecen tanto para sorpresa de un servidor, y los que están hechos a mano, los físicos, siguen siendo sorprendentes, pero esto no es lo unico que presume la cinta, un ritmo muy ágil que apenas deja tiempo para ver los defectos de la historia, y un reparto que funciona perfectamente en la cinta, incluso Robin Williams esta eficiente y nunca se sobreactua, algo raro en una cinta que es comedia, pero su personaje que es el principal es sobre el que gira la trama que tiene tintes dramáticos, un crecimiento personal que ademas juega con la psique del protagonista y lo que se nos muestra.
Con esto dirán que veo mas en la película que en lo realidad hay, pero la cuestión es tan sencilla como que el juego afecta y juega con la mente del protagonista, Alan tiene miedo a su padre en una relación mostrada como desastrosa al inicio de la cinta, es atrapado por el juego y en la selva lo persigue un cazador que tiene como meta única (lo cual queda claro al no interesarle nadie mas) asesinarlo, ya en la realidad sigue empeñado en ello, y el cazador una representación del padre de Alan, algo que queda claro ya que el mismo actor hace los dos personajes, es decir tienen la misma cara, los dos verdugos de Alan en los dos mundos que ha habitado son iguales. Empezamos un siglo atras con unos pequeños enterrando un juego de mesa, en 1969 Alan (Adam Hann-Byrd) es abusado por los matones de su escuela, su padre (Jonathan Hyde) es muy estricto con el y no lo ayuda, por el contrario lo echa a los lobos, razón por la cual Alan decide escapar, Sarah (Laura Bell Bundy) llega a apoyarlo y como también escucha los tambores que llevaron a Alan a encontrar el juego en una construccion terminan jugando, la niña es atacada por murciélagos y el pequeño llevado dentro del juego.
Veintiseis años despues a esa casa llegan los huérfanos Judy (Kirsten Dunst) y Peter (Bradley Pierce) que afrontan el fallecimiento de sus padres de diferente manera, la primera bromea con su muerte y el segundo no habla, su tia los lleva a este pueblo muerto debido al quiebre de la fabrica del padre de Alan, escuchan el juego y comienzan a jugarlo, mosquitos gigantes, monos desmadrosos y un león llegan al mundo real, Alan (Robin Williams) ya adulto regresa al mundo y frente a los desastres que hay en la ciudad prosigue el juego, van por Sarah (Bonnie Hunt) que ha tenido una vida desastrosa debido al incidente con el juego, la comedia la ponen Bebe Neuwirth y David Alan Grier, el ritmo no mengua; una jungla de plantas carnívoras, el cazador Van Pelt (Hyde repitiendo), una estampida, Peter convirtiéndose en simio por acomodar los dados, un monzón con cocodrilos, arenas movedizas, arañas gigantes y terremotos, uno tras otro sin descanso metiendole mas tensión a todo con nuestros héroes a punto de fenecer y un final adecuado que deja buen sabor de boca por mas que dos personajes queden fuera de esa aventura y con el aviso de que el maldito juego seguirá causando pesadillas, recomendable cinta familiar.
Calificación: Bien