“Mi madre tenía razón, siempre somos dos, aunque no estemos juntos. El amor. El maravilloso amor es una incomodidad necesaria que hace que el corazón se meta en cuestiones que terminan perjudicando la cabeza… sino ¿cómo es posible que una mujer sabia como mi madre se case con un ignorante como mi padre? Y aquí está el resultado. El amor es una incomodidad necesaria que tiene sus ventajas, porque la mujer que me ama se ocupa de mí, es decir que yo puedo ocuparme de cosas… mejores. El amor es tan accidental como la fama, uno nunca sabe por qué ni de dónde viene. En este momento debe estar saliendo de un hotel de Guadalajara o de un mercado de Montevideo la mujer que Dios tiene prevista para mí… por eso el amor depende de la dirección que uno tome… por ejemplo: Borges salió para el sur y se encontró con la Biblioteca Nacional. Yo salí para el norte, y me encontré con las mujeres, lo que quiere decir que escribí poco pero me divertí mucho. Lo que también quiere decir que tanto el amor como la cultura, son accidentes: hay mujeres que lo hacen con ganas, hay mujeres que lo hacen con culpa, incluso hay mujeres que lo hacen con hombres. Buscamos un lugar cálido que se parezca al útero de nuestra madre donde estábamos tan tranquilos, y lo pagamos caro. Por eso hay quien prefiere la masturbación, por lo menos quienes no le tienen miedo a la soledad. La masturbación es una antología sexual, una selección de los mejores coitos… hagan memoria. La masturbación es una maravilla que logra juntar Roma con París, es decir, a Francesca con Nicole, es económica porque no hay que invitar a comer a nadie, ni aguantar a los parientes de nadie, ni entender a nadie, ni compartir la cama con nadie, ni andar prometiendo pendejadas a nadie! La masturbación es una declaración silvestre de independencia.”
Fuente: Guillermo Farber