Timber Woods (Dev Patel) llega a la cabaña del ingles Harry Pope (Benedict Cumberbatch, esforzándose por actuar prácticamente sin moverse) donde encuentra a esté tirado en la cama sin mover un musculo y susurrando, arropado casi hasta los hombros, le escucha decir que una coralillo esta en su vientre por debajo de la pijama y que tiene horas así, a lo que el atarantado cuidador llama al profesional Dr. Ganderbai (Ben Kingsley) para que acuda a salvarle la vida, primero inoculando el antídoto y después tratando de anestesiar/atontar a la serpiente para poder quitarla, de nueva cuenta vemos los mismos manierismos de Anderson que no cabe duda sabe usar el espacio, mover la cámara, aprovechar los decorados, hacer brillar los escenarios y el diseño de producción, y usar bien las luces.
Pero de nueva cuenta la historia carece de la emoción y tensión necesaria, quizá por el hecho de estar narrada como si se contara un libro, o por el exceso de velocidad con que se intenta mostrar, aun así, los actores hacen que funcione y el mensaje del relato de Roald Dahl (Ralph Fiennes) se mantiene tan poderoso como el día que se escribió, el veneno del titulo si habita el vientre de Pope, pero no en forma de una peligrosa serpiente física, sino como un venenoso odio que resulta más doloroso y peligroso que el animal, que no puede erradicarse, ni curarse, y causa heridas que se quedan de por vida... diablos, que buen escritor es Dahl.
Calificación: Interesante
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