En algún momento del doloroso documental sobre la increíble historia de la secta "la luz del mundo" alguien dice las palabras esenciales para entender toda la locura de lo que sucedió, y sigue sucediendo, en esa "religión" donde se idolatran y veneran a unos detestables depredadores sexuales, y esas son "Lo que la gente percibe es más importante que lo que es la verdad", frente a estas palabras uno entiende la fragilidad del mundo y la psique humana, porque en todos lados es así, esto aplica para todo lo que vemos, creemos y se nos inculca, y solo así puede comprenderse (hasta cierto grado) el lavado de cerebro al que están sometidos estos "fieles feligreses" que son capaces de todo por la fe que profesan, el documental de Pérez no escatima en detalles y se atreve a mostrar lo más duro y doloroso que sucedió en esta situación, en lugar de esconder detalles por respeto a las victimas hace todo lo contrario, pero deja que ellas mismas, las cinco Janes Does que tuvieron el valor de demandarlo sean quienes lo cuenten, por sus propias palabras, y decidan dar su nombre, mostrar su rostro, o seguir en el anonimato.
Se nos muestra como esta secta comenzó desde 1926, con Aaron, un tipo que se autoproclamo "apóstol" de Jesucristo, y que fue elegido por Dios mismo para restaurar la iglesia católica, tiempo después le siguió su hijo Samuel como elegido, y este a su vez dejo a su hijo Nassón, como si estuviéramos en una sucesión de sangre monárquica, al poco tiempo nos daremos cuenta que es así, mientras que la secta crecía en poder y económicamente, también la figura de su líder, en las tres generaciones, tres hombres que viven como reyes - tenemos que ponerle la pasta de dientes al cepillo y tallarlos al bañarlos dice - y que son idolatrados por todos su seguidores, al grado de que se culpan de sus muertes, entregan su virginidad, y hacen lo que él les diga porque es el "elegido", y eso, soportar vejaciones, violaciones, perversiones, es una "bendición", lo más increíble del relato resulta que no era algo que hicieran solos, sino que toda la secta en su organigrama tiene funciones de búsqueda, reclutamiento, preparación, separación y entrega de menores de edad que son obligadas a lo peor sin que terminen de entender que sucede.
Porque ademas de todo, el solo hecho de cuestionar en su mente que lo hacen esta mal es pecado, ¿como podría equivocarse Dios? ¿como lo que hace un santo no seria lo correcto? y si tienen el valor de enfrentarse tienen que lidiar con el odio de su familia y la humillación de la gran red de comunicación que tienen esos depravados donde se dedican a calumniarlas y atacarlas sin descanso, eso si, los que fueron entrevistados para el documental no cesan de repetir que piden por ellas y su perdón, porque se den cuenta de su error, pero luego ve uno las imágenes del canal donde las atacan y entiende que todos los que tienen poder en ese lugar son unos manipuladores sin empatía, las confesiones son muy dolorosas, el juicio es desgarrador, y hasta una historia ajena al juicio termina siendo importante porque pone sobre la mesa la fe y la forma de vivirla, el documental narra mucho de lo sucedido en esa seudoreligion, su forma de manejarse, las mujeres que ayudan a esos depredadores, el poder político que tomaron, su vida como reyes y su depravación por deseo de poder al grado de guardar prendas de forma estandarizada, un documental que debe servir para que no olvidemos lo que sucede ahí, que su líder ni siquiera estará detenido mucho tiempo, y que tiene millones de fieles que siguen viviendo en ceguera total, ya sea por la fuerte dominación sobre sus mentes, o quizá (y es el único punto que el documental no se atreve a tocar) por el solo hecho de no aceptar un error tan grande como endiosar a un patético violador.
Calificación: Vale la Pena
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