Apelando a esa nostalgia que tan bien ha vendido en los últimos años la saga de "American Pie" aposto por lo mismo, logrando un éxito de taquilla y hasta en publico que como dicta la nostalgia, no tiene nada que ver con la calidad real de producto, para esto en esta ¿octava? ¿novena? entrega pero cuarta de la linea original recuperaron a todos los integrantes de las películas anteriores, algo que se había perdido en la tercera parte, y ademas se agrega carne nueva para que tengamos más para ver, la película no es mala, pero ha perdido totalmente la parte del encanto de ver a adolescentes o jóvenes adultos haciendo tonterías, que lo hagan adultos de algo de edad causa un cierto cringe, y por ejemplo el personaje de Stifler (Seann William Scott) de dar risa ahora da algo de pena, como una persona que se niega a crecer y madurar, y aunque se intenta tocar el tema nunca se animan en realidad.
Jim (Jason Biggs) y Michelle (la siempre carismática Alyson Hannigan) lidian con un hijo y han perdido la chispa de su matrimonio, al grado de que han pensado en divorciarse, para acabarla de amolar, la niña a quien cuidaba ahora es mayor, y la calenturienta Kara (Ali Cobrin) no quiere detenerse hasta estar con Jim, Oz (Chris Klein) esta casado con una modelo (Katrina Bowden) que solo parece interesada en su dinero, pero sigue amando a Heather (Mena Suvari) que esta con un cardiólogo pedante, Finch (Eddie Kaye Thomas) no tiene la vida de lujos y éxito que deseaba por lo que esta en una etapa difícil, Kevin (Thomas Ian Nicholas) piensa que paso la noche con Victoria (Tara Reid) cuerniando a su mujer que lo mantiene en un intento por darle historia a este personaje, y Stifler es ahora un perdedor que no ha logrado establecer nada en su vida, pero que sigue siendo el mismo, por ahí aparecen todos los demás que han aparecido en la saga, aunque sea como pequeños cameos.
La película extrañamente ahora es algo más vulgar que las anteriores, a pesar de que todas las historias que se abren terminan exactamente igual que como terminaron ya desde el inicio de la saga, lo cual siente algo extraño ya que este ejercicio nostálgico no apela por la madurez sino por entregar lo mismo, aunque hayan pasado muchos años en los personajes, no se arriesga para nada, eso si, no puede negarse el buen tino que sigue teniendo Eugene Levy y se agradece esa aparición de Rebecca de Mornay como la madre de Finch con su imperturbable sensualidad natural e hipnótica, ¿es que esta mujer no puede envejecer ni verse mal? se ve preciosa y ha envejecido con una gracia extraordinaria, entregando ademas el momento más sensual de la película y quizá de la saga, por lo demás todo se resuelve de forma harto convencional, pero esto es lo que prometía la película, nostalgia, y no engaña.
Calificación: Regular
No hay comentarios:
Publicar un comentario