Al inicio de esta tercera entrega de la saga tenemos una cena por parte de Jim (Jason Biggs) y Michelle (Alyson Hannigan) donde este espera pedirle matrimonio pero que culmina de forma nada convencional, con Michelle bajo la mesa y el padre de Jim (Eugene Levy) regando el tepache, ya dispuestos a casarse los amigos de Jim son invitados a la boda, Kevin (Thomas Ian Nicholas) y Finch (Eddie Kaye Thomas), ademas de que Stifler (Seann William Scott) se auto-invita a la fuerza convirtiéndose ademas en el padrino y el organizador de la despedida de soltero, como en las cintas anteriores lo importante aquí es el humor vulgar y escatológico, con todo y trufa salida del trasero de un perro, dándole seguimiento a la historia de amor de los protagonistas, y de nuevo con Jim haciendo cantidad de barbaridades que pegan menos que antes, quizá porque uno ya no lo siente real porque ya es un hombre, o quizá porque el asunto se ha vuelto algo repetitivo.
Debido a esto se opta por el estilo de comedia de la segunda parte, con todo el grupo al mismo tiempo, lo que da sigue otorgando momentos hilarantes como esa despedida de soltero con los padres de Michelle llegando mientras una enfermera, una mucama francesa y un hombre con las nalgas al aire intentan componer el asunto, o ese reto de baile en el bar gay que es lo mejor de la cinta, ademas Jim junto a su padre, y ahora su abuela racista, entregan buenos momentos, por otro lado tenemos esa batalla campal de Finch y Stifler por la hermana de Michelle, la hermosa Cadence (January Jones), donde intercambian estrategia para ver si así pegan chicle con la chica, mientras que Oz simplemente no aparece, sin razón aparente, y Kevin que adolece algo que ya asomaba en la parte anterior, si en aquella casi no linea propia de plano en esta ni se molestan en querer dársela, simplemente esta ahí para acompañar a los demás.
Lo que si, es que Stifler toma todo el foco de la película, con todo he intento de querer hacer que su personaje se desarrolle y madure por primera vez en la saga, pero esto causa que su personaje pierda parte de la gracia por la sobreexposición, aun así tiene buenos momentos como el mencionado del baile, tiene momentos de incorrección que se agradecen como el racismo de los judíos aunque se pierde encanto desde la dirección, con todo y una iluminación rara, como si de una cinta de bajo presupuesto se tratase, y nada más lejos de la realidad.
Calificación: Regular
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