Al director Sebastian del Amo solo lo conozco por "Cantinflas", un despropósito que mas bien parecía un desfile de malos actores disfrazados de sus contra-partes talentosas de antaño, es tan mala que casi no recuerdo nada de ella, gracias a Dios el cerebro elimina o manda a lo mas profundo del cerebro esos terribles recuerdos, y aunque con esta cinta el director y guionista sube un poco su calidad lo cierto es que lo unico que consigue es una película menos fallida, es una lastima que el libro de Rafael Bernal merece algo mejor, y se había logrado en parte en la versión de 1977 "El Complot Mongol" pero aquí de plano se tira todo por la borda, la historia es prácticamente la misma que la primera película y de hecho es mas fiel al libro en algunas cuestiones, como el meter al agente ruso de la KGB, pero algunas otras no solo no se entienden sino que son indefendibles.
Ese rompimiento con la cuarta pared continuo lo saca a uno de la cinta, y aunque gracias a eso se logran uno o dos chistes buenos la verdad es que no parecen una decisión adecuada para una historia de esta naturaleza, ademas los personajes estan totalmente caricaturizados y no van con el tono turbio que demanda la historia principal, aunque el uso de luces es efectivo el diseño de producción es malo y por ello las tomas siempre son tan cerradas dando al cabo de un tiempo una sensación de claustrofobia que por supuesto no era buscada, asi que uno intuye que es porque no lograron que lo que se ve por detrás pareciera de esa epoca, pero lo peor de todo es nuestro protagonista, Filiberto Garcia (simpático Damian Alcazar) que deja de ser ese hombre duro y seco para convertirse en un adolescente que tiembla frente a su amor platónico Martita Fong (Barbara Mori) y que parece demasiado abierto, humano y sentimental para ser el asesino que la historia nos dice que es.
Filiberto es un ex policía caído en desgracia que ahora se dedica a hacer el trabajo sucio del general (un malito Javier López "Chabelo") y es llamado por el licenciado del Valle (Eugenio Derbez, terrible) para que investigue el supuesto complot mongol ya que Rusia echo el pitazo y que Estados Unidos también mete sus narices, así hasta el final con Filiberto rompiendo la cuarta pared cada dos minutos, un licenciado caricaturizado (Roberto Sosa haciendo lo que puede), y personajes sin importancia que mas bien son cameos, un Hugo Stiglitz desperdiciado como un unico chiste, y por otro lado un casting malisimo que nos impone a Chabelo y Derbez quienes únicamente estorban ya que sus personajes nunca son creíbles, y finalmente esa digresión final a moco tendido que no va ni con el tono ni con el personaje y que solo se entiende como un director idolatrando a su protagonista, entiendo que él carga toda la cinta con su carisma pero ese ejercicio interpretativo no era necesario.
Calificación: Mediocre