Al inicio vemos un perro que hace un desafortunado descubrimiento y desde entonces suponemos que vimos el desenlace de la historia desde el inicio, y no por ello pierde un ápice de interés la historia escrita por la directora Kelly Reichardt, en Oregon en la epoca de la colonización el cocinero de pocas palabras Otis Figowitz (John Magaro, bien) viaja con unos violentos tramperos que lo amenazan y tratan mal, por ahi se topa con el chino King-Lu (un parlanchin Orion Lee) que esta siendo perseguido por unos rusos, al auxiliarlo abre la posibilidad de una amistad que se concreta en el futuro, en esa hilarante escena del bar, y que se dirige hacia una sociedad de negocios que puede volverlos acaudalados, deambulan entre un plan y otro hasta que descubren el perfecto, uno que involucra a la primera vaca que llega a la región y que es tan riesgosa como beneficiosa. Tomada en un aspecto de 4:3 la cinta tiene una belleza inusitada, todos los encuadres son magníficos y la belleza de todos los escenarios despiertan una rara sensación de maravilla y cercanía con la naturaleza.
Pero no es solo que técnicamente sea impecable, el sonido es fenomenal, el soundtrack es juguetón y ad hoc, y el manejo de luz y sombras es asombroso, sino que la historia aunque sencilla es muy eficiente, al inicio tenemos un drama histórico en el que se nos deja claro como sobrevivían las personas en ese tiempo, un momento complicado y un ambiente inhóspito que no dejaba sobrevivir mas que a los mas aptos, y ademas la directora nos deja claro el carácter y el pasado de los personaje sin necesidad de monólogos ni flashbacks, las sencillas conversaciones son mas que suficientes para ello y ademas nos dan dicen que desean para su futuro, despues de sopesar varios planes una inspiración hacen que un deseado articulo se convierta en la novedad del fuerte en tanto todo se complica cada vez mas, pasando ahora al western mas logrado que es tan divertido como tensionante, tan emotivo como desesperante, tan crudo como efímero.
Ademas el reparto es impecable, tenemos al siempre bienvenido Toby Jones, a Ewen Bremner, y un reparto indígena al que no se le puede poner pero, la recreación historia de casas y vestuario es esplendida, de hecho unas simples botas causan anécdotas, y el cuidado a los detalles de Reichardt es exquisito, como se nota hacia el final donde el desairar a un joven toma una magnitud inusitada, ademas las lecturas son muy buenas, ademas de la amistad y el dejar claro que EU es una nación conformada por muchas naciones por ahí destila un mensaje sobre el sueño americano y lo que uno tiene que hacer para lograrlo, es decir la misma historia de siempre pero aquí se nos dice que desde siempre la tierra de las oportunidades fue también la tierra de los riesgos donde por supuesto, los grandes y poderosos siempre han oprimido a los mas pequeños, solo porque si, solo porque pueden, porque claro un tiburón nunca dejaría que un pescadito triunfe y avance, no esta en su naturaleza, ni en esa epoca, y desgraciadamente tampoco en la actualidad.
Calificación: Muy Bien
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