Una feliz pareja en su luna de miel en la Puna boliviana, decide agregar una pizca de riesgo a su paseo, y alquila dos burros que le permitirían llegar al tope de uno de los cerros. Así es que una vez montados, promediando los dos kilómetros, el burro que montaba el feliz marido, obstinadamente se frena en el medio de la carretera. La mujer espontáneamente larga una carcajada incontenible, y sin intención de ofensa se ríe de su marido, éste último se baja del burro, se para frente al animal y con su dedo índice, en tono seco y seguro, le advierte al cuadrúpedo, mirándolo atentamente : UNO.
Continúa la travesía, fotos, nuevos paisajes, montañas y luego de tres kilómetros sin problemas, nuevamente el burro sin razón aparente decide frenar su lenta marcha. Una vez más, la mujer espontáneamente larga una carcajada incontenible, y sin intención de ofensa se ríe de su marido, éste último se baja del burro, se para frente al animal y con su dedo índice, en tono seco y seguro, le advierte al cuadrúpedo, mirándolo atentamente : DOS.
Sin más preámbulos el mamífero, continúa su marcha pero al kilómetro nuevamente detiene su andar, la mujer espontáneamente larga una carcajada incontenible, y sin intención de ofensa se ríe de su marido, éste último se baja del burro, se para frente al animal y con su dedo índice, en tono seco y seguro, le advierte al cuadrúpedo, mirándolo atentamente : TRES.
Una vez más se reanuda la marcha cuando el burro por cuarta vez detiene su lento andar, a lo que el marido, decidido se baja, toma su pistola, y le dispara incesantemente, vaciándole el cargador en menos de tres minutos.
La joven esposa, comienza a repetir a los gritos, me
he casado con un animal!! pobre burro!!! si sabía que eras así no me casaba!!
El marido se acerca a su reciente esposa, la mira fijamente a los ojos y con su dedo índice, en tono seco y seguro, le advierte: UNO.
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