Otra pelicula de Jack Arnold que demuestra que a pesar de sus limitaciones muestra que como director de ciencia ficción es más que competente, aqui nos muestra una historia ya usada y contada pero lo hace con clase, con buen ritmo, apoyado en un elenco que cumple y en especial unos efectos especiales que se sienten adelantados a su época, tampoco es que Arnold intente engañarnos, la cinta en ningun momento oculta su función primordial la cual es entretener al respetable y vaya que lo logra, al final los ochenta minutos pasan volando y uno se queda con ganas de más, aunque quiza esto tambien se deba al final abrupto de la cinta, algo que de todas maneras hace Arnold en casi todas sus cintas y que era un sello de la época, no hay largas ni explicaciones, simplemente se llega al fin de la historia que se queria contar.
La historia comienza con un hombre con deformaciones que se desploma en el desierto para dar paso al titulo donde se nos promete lo que vendra, no hay sorpresas para uno pero si para los personajes, el Dr. Matt (John Agar) no entiende de que murio el hombre y le parece muy raro que el profesor Deemer (Leo G. Carroll) mienta sobre la causa de muerte, asi que empieza a investigar y con más empeño despues de que llega la joven y bella nueva asistente del profesor, Stephanie (Mara Corday cumpliendo el cliche de cientifica hermosa), al mismo tiempo comienzan a suceder extraños accidentes y ataques en la zona donde solo se encuentran restos oseos y charcos de lo que parece ser veneno de insectos.
Nosotros ya sabemos lo que ha sucedido con el profesor y sus dos colegas, y que uno de ellos lo condeno a la muerte, asi como tambien lo que causa su horrible nutriente y la tarantula escapada por lo que solo nos queda esperar que lo descubran y se enfrenten a ello, quiza el final sea apresurado pero con lo que uno ha visto queda muy satisfecho, y Arnold como de costumbre mete una moraleja que no afecta a la cinta, no se debe jugar con la naturaleza, no debemos manipular los seres de Dios, aunque he de admitir que tampoco se ensaña con el cientifico causante de todo, lo muestra como un humano que se puede equivocar, debil, pero no un completo monstruo, como tampoco lo es la Tarantula que al final no tenia la culpa de nada y por ello nadie celebra, sus caras son de congoja, la derrotaron pero no hay nada que celebrar. Lo mejor, la frialdad del relato y los efectos especiales.
Calificación: Vale la Pena