Un velador encuentra a un tipo en la oscuridad arrodillado junto a otro, en medio de un circulo pintado en el suelo, de pronto el tipo desaparece y es así como comienza esta historia de Ponce filmada en blanco y negro con formato cuadrado 4:3 y que en un inicio incluso apuesta por la interferencia y la lluvia en las imágenes, para que tengamos una experiencia inmersiva de esta Argentina de 1987 donde el noticiero apunta que un niño desapareció dando paso al ultimo programa de "60 Minutos para la Medianoche", un programa de investigación periodística con invitados y que por presiones gubernamentales, renuncias de patrocinadores y decisión de la misma televisora sale del aire, su único patrocinador les consiguió una ultima emisión y con ello la ultima oportunidad de sacar a la luz la verdad de la investigación en la que llevan meses y que inicio con el prologo de la cinta, ese hombre desvanecido y el "NN" (nomen nescio), el asesinado que nadie conoce.
Ahí están tres invitados, un pomposo senador, un arrogante escritor que hizo un libro sobre el tercer invitado, el elusivo y labioso Marcato (German Baudino, bien) que al parecer es la clave para descubrir esa conspiración gubernamental que incluye a la empresa más poderosa del país y toda la elite política, incluido el presidente, mientras el conductor (Hector Ostrofky) conversa, cuestiona y acusa a estos en debates que luego se convierten en pleitos de sombrerazos, el grupo de investigación intenta descubrir la verdad, atar los últimos cabos y conseguir algo que cause que el intrigante y delirante Marcato suelte la sopa, así que los jóvenes investigadores ponen toda su fe en una ultima estrategia de su patrocinador, mientras una solitaria Natalia (Lucia Arreche) esta sola en la calle esperando el dato crucial que de forma sorprendente consigue el creyente Jorge Federici (Agustín Recondo) consigue un dato que puede salvar el mundo entero, antes de que sea demasiado tarde ya que esa marcha de medianoche en contra del gobierno parece tener una finalidad mucho mas oscura que llevara justo al gobierno a perpetuar su poder.
Este thriller político va mutando poco a poco a un terror complotista como el clásico "La Invasión de los Usurpadores de Cuerpos" coqueteando con terror cósmico, todo dentro de una historia muy pensada llena de guiños, detalles y pistas que permite al espectador resolver el misterio, nunca nos lo explican ni avientan a la cara y eso se agradece, el terror esta muy bien llevado, solo con momentos puntuales y dejando que las sensaciones sean las que pongan el ambiente, ademas el estilo y diseño de arte con todo y uso majestuoso de la fotografía es más que notable, dotando de personalidad a la cinta al tiempo que sirve a la historia, por ello tenemos el programa en tiempo real por lo que vemos la historia con la presión del cronometro, que ademas no solo marca el fin del programa sino el inicio de la marcha que acabara con el mundo, la temperatura que al final sube de forma inaudita como mostrando que esta comenzando el ritual, y los cambios de formato que dicen más que una simple decisión estilística.
Al inicio comenzamos en blanco y negro pero con formato amplio para luego cambiar al 4:3 debido a que todos habitan una realidad falsa - y alterna como se nota en ese anuncio turístico de las Malvinas - enclaustrados y sin color, las alucinaciones y entes aparecen en rojo intenso porque representan algo fuera de, y los viajes del ritual dejan todo claro, desde el topo que ha sido avisado desde el inicio hasta quien es la persona de la que nadie recuerda nada, y ese final con celular moderno y colores brillantes con imagen real que dice todo lo que necesita sin explicarlo, y finalmente el subtexto de la misma que es bastante claro, en varios momentos se nos dice que los niños son el futuro del mundo, justo por ello son los desaparecidos y los que se ofrecen como sacrificio, para Ponce eso hicieron en Argentina hace mucho las elites destruyendo su futuro, un terrorífico mensaje que por desgracia aplica para todo el planeta.
Calificación: Muy Bien