Poco tiempo después de los incidentes del 11 de septiembre las autoridades gringas estaban en búsqueda de culpables donde fuera, o mejor dicho, quienes fueran, ávidos de chivos expiatorios para tranquilizar a una sociedad que no se había sentido tan intranquila desde la guerra fría, quizá ni durante esta, las autoridades hicieron lo que fuera necesario, por ello al inicio de la cinta vemos como Mohamedou Ould Slahi (un comprometido Tahar Rahim con muchísimo carisma, el estupendo protagonista de "Un Profeta") es apresado en plena boda familiar con su madre viendo como se lo llevan, años después el tipo está en Guantánamo y la abogada Nancy Hollander (Jodie Foster, adecuadamente huraña) es avisada del caso, se interesa en él, y descubre que al tipo lo tienen han tenido encerrado varios años sin ninguna acusación en su contra, por lo que lo visita, el tipo no confía en nadie, pero poco a poco Nancy lo convence de pelear su causa, principalmente porque el gobierno ha puesto sus ojos en él pobre diablo para demostrar que está logrando avances.
Para ello cuenta con el devoto y patriota fiscal Stuart Couch (Benedict Cumberbatch, bien) que además de ser un profesional implacable, tiene el aliciente de que conocía personalmente a uno de los pilotos de los aviones impactados, de hecho va a misa con su viuda a quien no duda avisar para recibir la petición de que los haga pagar, Slahi es demasiado elusivo con la información que brinda a las abogadas, pero tiene tanto carisma que rápidamente se gana a la joven abogada Teri (Shailene Woodley), en tanto que a Nancy le interesa poco saber si su cliente es culpable o inocente, ella está abogando por las libertades individuales que perdió y los derechos que no obtuvo, lo único que quiere es un juicio legal para el tipo, La oportunidad de defenderse, pero esta frialdad en Nancy desaparece cuando llega la revelación que a todos los que vemos noticias no es nada sorpresivo, pero que igualmente termina impactando por la cantidad y fuerza de esas torturas en una persona a la que ya podemos poner nombre.
No estamos ante un drama judicial ya que todo el juicio se resume solo a la ponencia del acusado, un momento muy meritorio donde pone el dedo sobre la llaga, porque como dice Slahi, en su país es normal que las autoridades sean corruptas, temer a la policía (como en México) pero de Estados Unidos, la tierra de la libertad y el derecho legal, se espera mucho más, algo que Slahi y nosotros ya constatamos que es falso, en todos lados se cuecen habas, y la política y el dominio del poder pasan por encima de cualquier derecho humano, sea en el tercer o el primer mundo, es un drama carcelario donde somos testigos de la vida de Slahi, con sus abogadas, con sus captores, en la tortura, y en su momento de quiebre, Slahi es una persona luminosa, llena de fe y perdón, pero al mismo tiempo tiene algo que nos indica que puede ser manipulador, justo por ello es un personaje interesante, Foster deja que Rahim brille y no cae en la trampa de representar una salvadora blanca, sino por el contrario su personaje es tan profesional que nunca entramos en el drama, y Cumberbatch interpreta a un personaje con una moral intachable, multidimensional que en lugar de ser el villano es una persona compleja capaz de aceptar sus errores, reconocer la verdad y cargar con la penitencia.
Y lo más importante de la película, que no deja títere con cabeza, en lugar del usual patriotismo que impera en este tipo de cintas, y más por cómo se dieron los hechos, aquí tenemos una crítica al sistema carcelario gringo, a su sistema judicial y militar, capaz de los peores crímenes para luego encubrirlos por sistema, y que lo mismo ataca a la administración de Bush y su guerra contra todos, que a la de Obama que hizo, por sus purititos fueros, que Slahi se quedara más del doble del tiempo que ya había pasado en prisión, y a la de Biden que se niega a cerrar la prisión, de que otra manera podrían encubrir y esconder los delitos inhumanos que realizan, ah, es cierto, no es para esconder a las víctimas sino para encubrir a los victimarios como apunta acida y sagazmente la experimentada abogada al buenazo fiscal.
Calificación: Bastante Bien