Un carro va a toda a velocidad por la carretera, parece escapar de algo y tiene múltiples impactos de balas, cuando no da más un hombre se baja y sigue corriendo su camino hasta llegar a un pequeño pueblo en Nevada donde lo primero que hace es golpear a una oficial que intentaba tranquilizar una trifulca en una boda, es llevado a la cárcel y el tipo se comporta tranquilo y amable, pero completamente hermético, mientras una sombra se acerca al edificio, para entonces nosotros como espectadores tenemos claro que el labioso Teddy Murretto (Frank Grillo, bastante bien) esta escapando de alguien, o de varios quizá, y que una cárcel le compra tiempo pero no su escape, por lo que cuando un borracho gigante es detenido y llevado a la celda de enfrente estamos seguros que no es casualidad que haya llegado ahí, como tampoco lo son los múltiples arrestos de los que Teddy ha salido impune, y tampoco el nervioso comportamiento del sudoroso policía Huber (Ryan O´Nan), solo la novata pero profesional policía Valerie (Alexis Louder) se da cuenta que hay algo más en esto e intenta averiguarlo.
Lo que sigue es lo obvio pero no por ello menos sorpresivo e impactante, al lugar llega un tipo más que hace un desmadre (un histriónico Toby Huss), hay balazos por aquí y por allá, juegos y traiciones por todos lados, y ese gigantesco borracho que parecía oso se quito la careta como un hábil y metódico asesino (Gerard Butler quizá en la mejor actuación de su carrera), todo esto en medio de ingeniosas lineas de dialogo y personajes con varias capas donde nunca sabemos bien a bien que piensan ni que harán a continuación, ya sea el defraudador Teddy, el peligroso Bob, el desquiciado Lamb e incluso los policías del lugar, vamos que hasta el borracho real nos saca una sorpresa, todo esto con un ritmo adecuado, donde primero se van poniendo las piezas, y luego se muestran las cartas para poder explotar en ese tramo final donde los que amamos los balazos, las peleas, y la violencia seamos pagados con creces.
Carnahan usa la violencia de modo adecuado, no rehuye a ella por lo que siempre se siente realista y cualquiera puede estar en peligro, y al mismo tiempo tiene la inteligencia de poner la más extrema fuera de cuadro para sentirla aun peor, abraza algunos clichés con amor y sinceridad como ese jefe negro gritón, el latino creído y el blanco loco, y sabe como grabar acción y generar tensión como en ese duelo de miradas o el momento del reloj. En conclusión un thriller muy bien ejecutado, con muchísima tensión y donde nunca sabemos quien es quien (hasta las más altas esferas están inmiscuidas), la trama se va enredando como una compleja maraña de mentiras donde de a poco cada uno muestra su verdadero rostro, además los personajes molan; un estafador encantador y manipulador, un peligroso e inteligente asesino, un policía cobarde, el grosero gritón, el pocho creído, un psicópata y hasta una negra cuyo abuelo peleo por los nazis crean un coctel tan estrambótico como realista.
Calificación: Vale la Pena