Esta película es un descerebrado vehículo de lucimiento para la potable Kate Beckinsale que merecía una cinta mejor si lo que querían era hacerla brillar, y es que estamos ante un intenta fallido de esas cintas de acción femeninas que pocas veces dan en el blanco, con trama casi copiada de "John Wick", y que tiene su peor defecto en que se nota que las escenas de acción y peleas no las graba la actriz, sino un doble con una peluca que es grabado de espaldas y que ni siquiera se parece tanto en el cuerpo, algo parecido a lo que sucedía con la viuda negra de Johansson, solo que aquí me sorprende más ya que en Beckinsale es una experta en el genero, casi como si se hubiera grabado con desgana, eso si, cuando la vemos actuar la actriz lo hace bien, siendo lo mejor de la película por mucho, que dicho sea de paso tiene poco de lo que presumir.
La historia va sobre la problemática Lindy (Kate Beckinsale) que no lo hace a propósito, ya que sufre un síndrome que la hace generar demasiada adrenalina cuando se enoja, lo que causa que se vuelva violenta, incapaz de reprimir sus sentimientos y por ende encerrada cual loca de pueblo, con unos padres ausentes y con ese dilema la chica es reclutada por el ejercito donde tampoco termina de embonar para finalmente hacerse paciente del Dr. Munchin (Stanley Tucci) que ha logrado reprimir sus enojos con un chaleco que le da descargas eléctricas cuando ella oprime cierto botón, esto por alguna razón que no entiendo la tranquiliza, quizá es masoquista, el caso es que evita contacto humano pero un hombre nerd alérgico a todo la enamora lo que cambia su vida, pero de pronto aparece muerto, y ella decide vengarse.
La historia cliché es lo de menos, el problema es que esta mal llevada, la manera en la que descubre y consigue la información denota una escritura floja, la dirección intenta ser vertiginosa pero solo es caótica, con una cámara en mano corriendo detrás de la protagonista, y algunas escenas son de pena ajena como cuando se avienta el bebe, las escenas de acción son malas y las coreografías se notan en demasía, peor aun, la supuesta sorpresa final se descubre desde el inicio, así que lo único que queda es una película que intenta tener estilo y no lo logra, cuya única buena idea son esos momentos donde imagina la violencia cuando personas con malas costumbre (golpear la mesa con una pluma, masticar con la boca abierta, abrir las piernas en el transporte publico) reciben su merecido, los únicos momentos de ingenio en una cinta bastante malita.
Calificación: Churro