"WOLFWALKERS: ESPÍRITU DE LOBO" ("WOLFWALKERS", IRLANDA - LUXEMBURGO - FRANCIA. 2020) DE TOMM MOORE Y ROSS STEWART
Somos testigos de la belleza de la naturaleza cuando de pronto un hacha cae sobre el tronco de un árbol, y vemos a unos hombres talando los limites del bosque, de pronto son atacados por unos lobos que hieren al irreverente irlandés (voz de Tommy Tiernan) y cuando parece que se encuentran perdidos, unos aullidos detienen a los lobos y se presentan dos imponentes pelirrojas de grandes ojos verdes con rasgos salvajes que sin decir nada curan las heridas del hombre, este sorprendido suelta un "eres una wolfwalker, gracias" mientras le señalan que se vaya a la ciudad, un grupo de soldados ingleses sale al ataque y ambas escapan mientras vemos un cartel de recompensa por lobo muerto, al momento apreciamos un fotograma donde podemos ver la ciudad al fondo que contrasta totalmente con el bosque, mientras el bosque es de colores vivos y formas simétricas que se curvan y doblan hasta perderse en perspectiva, la ciudad es gris y esta conformada por formas duras y ángulos rectos, de hecho al ciudad es un cuadrado y dentro de ella se miran decenas de casas triangulares idénticas.
Pasamos a unos bellos créditos para después ver una siniestra silueta que recita "lobo, lobo, mata al lobo, cázalos por todos lados, lobo, lobo, mata al lobo, hasta que no quede ninguno", pero resulta ser de la pequeña Robyn (voz de Honor Goodfellowe) que en realidad es una dulce pequeña que sueña con lobos, dragones, brujas y un sinfín de creaturas mitológicas en las que podía ser normal creer en el lejano 1650 en Kilkenny Irlanda, la rubia de ojos azules tiene hambre de aventura y comparte los gustos con su padre, el cazador Bill (voz de Sean Bean) que se especializa en lobos y que ha venido desde Inglaterra para servir a Lord Protector (voz de Simon McBurney) que tiene como misión evangelizar a una Irlanda católica con el protestantismo destruyendo los pactos que San Patricio realiza con los paganos de la isla llena de lobos y que les dieron una relación de respeto y les permitieron vivir en armonía.
Desde estos pocos minutos queda muy clara la introducción de la cinta, una muy limpia y que establece todos los conflictos al tiempo que presenta a los personajes principales, al tiempo que nos presenta su estilo de dibujo estilizado al mismo tiempo que sucio donde forma parte activa de la narrativa, esté en vez de aportar por el realismo cambia para acentuar lo que sucede en pantalla (¡la escena climática donde todo se va encerrando y haciendo pequeño hasta que Robyn se rebela!), mostrar los estados de ánimos de los personajes y hasta causar una impresión en el respetable. Robyn quiere vivir en la aventura, tener vivencias y luchar en un mundo de fantasía como si jugara en una realidad propia solo de su cabeza, su padre la ama y en todo momento la cuida, como se demuestra más adelante en un momento crucial en el clímax, donde se entienden todas las decisiones del mismo, pero justo por ello no le permite ser libre, la cuida porque teme perderla así como también perdió a su mujer, aunque esta sobreprotección solo causa que la pierda poco a poco.
Con todo esto apuntado solo tenemos diez minutos de película que son una maravilla y que solo irán mejorando conforme avance el tiempo con una narrativa que no se pierde en hilos secundarios y que aumenta en tensión hasta explotar en un clímax que no solo resulta muy emocionante sino que hace llorar tanto por el sufrimiento como por la felicidad, Robyn sigue a su padre y se nos presentan a los demás personajes, unos traviesos niños irlandeses que ven con malos ojos a los ingleses, unos soldados ingleses sin alma, los irlandeses que disfrutan de la vida aun a pesar de sentirse pisoteados, al llegar al bosque un incidente causa que el halcón Merlyn sea herido y una pequeña pelirroja se la lleva, Robyn es mordida por un lobo que resulta ser la pelirroja llamada Mebh Óg MacTíre (voz de Eva Whittaker) y se convierte en Wolfwalker creando una relación de amistad entre ambas donde ambas prometen ayudarse, la madre de Mebh ha desaparecido y la necesitan para escapar antes de que destruyan el bosque, pero entre el peligro de Lord Protector, el temor peligroso de Bill, la posibilidad de rebelión, el salvajismo de Mebh y las dudas de Robyn la situación se vuelve incontrolable.
No diré más de la trama pero la cinta es una maravilla, la mejor película animada del año, con un ritmo perfecto, una narrativa que alcanza cotas altísimas de calidad, una animación extraordinaria que apuesta por el dibujo a mano, incluso con algunas formas geométricas de storyboard en el producto final para acentuar el salvajismo de la naturaleza, mostrada con colores vivos, formas caprichosas, lineas curvas que se diluyen y convergen, colores que se difuminan con la naturaleza y que crean estampas hermosas como la de esos libros infantiles de antes e incluso como el arte medieval que parece salido de la cultura celta, mientras la ciudad llena de tonalidades grises, movimientos mecánicos y lineas duras hacen el contraste más notorio, con transiciones asombrosas que hacen fluir todo de manera perfecta, y una mirada lobezna sacada de la legendaria saga The Legend of Zelda. Todo esto en una cinta que toca temas como la amistad, la familia, la complicada relación de paternidad sin una mujer al lado, la represión de la mujer, el intervencionismo ingles, la cultura celta que esta perdiendo sus tradiciones, el desacuerdo de los irlandeses con los ingleses, el uso del nombre de Dios en deseos del hombre, el fanatismo religioso, las diferencias del catolicismo y el protestantismo, la destrucción e irrespeto del hombre por la naturaleza, la belleza de la naturaleza, el respeto a los demás, con una banda sonora excelente de Bruno Coulais y bellas canciones de Aurora y Kila, esa "Running with the Wolves" en esa escena majestuosa, todo esto dentro de una narrativa e historia increíbles con un clímax sorprendente y un final que no toma la ruta fácil pero que nos muestra que a pesar de las diferencias se puede tener una relación entre ambos países.
Calificación: Excelente