HONEYLAND (ÍDEM, MACEDONIA DEL NORTE, 2019)
Vemos a Hatidze Muratova caminar por el campo en una postal preciosa que nos regalan con una fotografía soberbia y hermosa Samir Ljuma y Fejmi Daut, despues esta en un peligroso paraje de la montaña donde toma con cuidado un panal y regresar, abajo entona unos cánticos que son solo el comienzo de la idílica vida que vive la protagonista, Hatidze vive en algun lugar remoto de Macedonia donde solo estan ella y su madre Nazife, que ya esta enferma y apenas ve y escucha, "no se si estas rezando o maldiciendo", para este momento la cinta de los directores Ljubomir Stefanov y Tamara Kotevska ya me ha ganado, me hacen participe de la vida de una mujer que vive en perfecta unión con la naturaleza y con una fotografía hermosa, que va de la claridad luminosa y colorida de los exteriores a los claroscuros de los interiores, ver a Hatidze caminar por el campo, cuidar con respeto y devoción a sus abejas, tanto que predica el micha y micha, mitad para ella y mitad para las abejas, y despues se dirige a la ciudad a vender la miel de calidad a un buen precio con victorias y derrotas y comprándose un tinte para el cabello.
Hay algo en la forma de ser de Hatidze que nos llama la atención, es admirable pero extravagante, es tranquila y parece ser una con el entorno, de hecho comparte varias cosas con las abejas que tanto aman y con las que tiene una comunión especial, no solo cuida a su madre como ellas a las abejas reinas sino que su vestimenta la emparenta con ellas, y aunque ya con este tendríamos uno de esos documentales reportajes que nos revelan algo que no conocemos de costumbre y naturaleza era suficiente para tener material los directores son mas ambiciosos y esta solo es la primera parte de la historia, que dará una vuelta total cuando llegue una familia turca con pareja y siete hijos y mas de 150 reses que cambiaran la vida de Hatidze por completo, y si creen que es porque la mujer se resistiría a las visitas viviendo casi solo en lo profundo de las montañas, nada mas equivocado, Hatidze recibe con respeto y cariño a los nuevos inquilinos, comparte con ellos y les ayuda, hace migas incluso con los hijos, en especial con uno de de ellos, el segundo al parecer, y le enseña a la cabeza de familia Hussein como se cuida y recolecta la miel.
Hussein rápidamente vera en ello una oportunidad de negocio por mas que Hatidze le haya dicho que con la que tiene alcanza para todos, pero 10 dolares el frasco es algo que no puede dejar pasar, es asi como el tipo junto a la familia entran al negocio de la apicultura, son picados, no respetan a las abejas, y cuando le piden mas miel la vende toda causando la guerra y muerte de las abejas, y no deteniéndose aun tomando los panales del bosque, en una clara alegoría de los directores a nosotros mismos y la diferencia de algunas culturas antiguas que lograban una comunión con la naturaleza, y la sociedad y empresas actuales que destruyen, toman y destrozan todo hasta que no queda nada como plagas, pero la cinta no se reduce a un simbolismo, la historia de las personas es importante y se impone, desde los turcos que destruyen lo que tocan, estos turcos echan a perder Alemania, Macedonia y hasta la misma Turquía como dice cierto chiste de Los Simpsons, y esos momentos donde el padre e hijo se insultan o las amenazas de violencia intrafamiliar que nos recuerdan que aun existen lugares donde la gente no esta supeditada a lo que dice la sociedad, y las lagrimas de Hatidze que ve como destruyen todo, incluyendo su vida y su madre le dice que Dios los castigara, algo que curiosamente sucede despues de quemar, deforestar y agotar los recursos, y eso me lleva a los momentos personales de Hatidze que pregunta a su madre porque no entregaron su mano de joven o poniéndose un tinte, detalles que la hacen mas humana, mas cercana, pero siempre feliz de su vida sin queja alguna, ella es feliz y nosotros nos alegramos con ella al verla.
Calificación: Bastante Bien