Mohamed (Mohamed Grayaa) mantiene a su familia de manera humilde y honesta, enseñando los valores de su religión a sus hijos, a su vida regresa su hijo mayor pero con mujer incluida, una Siria para acabarla de amolar, y es que su hijo había dejado Túnez para ir a la guerra en Siria para ayudar a sus hermanos árabes, o por lo menos asi lo ve él en tanto el padre piensa todo lo contrario, es asi como comienza una batalla por Mohamed por imponer su autoridad y darle a entender a su nuera que casi es una niña que no es bienvenida en casa, al tiempo que la relación con su hijo cada vez es mas tirante. La directora Meryam Joobeur residente ahora en Canadá logra un cortometraje cuidado y sereno, sin dramas y con una inteligencia que impresiona de la directora.
El filme esta llevado con pasmosa serenidad y las situaciones cotidianas retratadas con naturalidad por actores no profesionales, por lo menos la mayoria, y que nos retratan perfectamente el día a día de una sociedad, de una cultura y de unas familias que estan quebradas y separadas por una guerra que se supone no les concierne e a ellos, con una fotografía casi documental y un formato 4:3 que confirma ese aire casi parece que estamos viendo un documental, de no ser por lo bien logrado de ciertas escenas y un ritmo que nunca decae, y por ultimo un final donde una decisión prejuiciosa y apresurada destruirá el núcleo familiar ¿como se esta destruyendo el nacional? de una familia buena y respetuosa.
Calificación: Bien