Thurgood Marshall (Chadwick Boseman) es un abogado negro que trabaja en la NAACP y viaja de ciudad en ciudad representando a personas de color que el piensa no son culpables, en los años cuarenta eso es peligroso y aqui se nos hace notar, esta biopic nos retrata de buena manera al hombre que años despues seria el primer afroamericano en la suprema corte, con una dirección sencilla de Reginald Hudlin y un guion inteligente de Michael y Jacob Koskoff que si han leído cine clasico por la vuelta de tuerca sencilla pero efectiva, Marshall llega con Sam Friedman (Josh Gad) que se ha visto llevado a este juicio por culpa de su hermano, Sam quiere liberarse de inmediato del evento pero el juez Foster (James Cromwell) lo condena a ser el encargado de llevar el caso y que Marshall solo asesore, un caso que parece perdido, con el chofer Joseph (Sterling K. Brown) acusado de violar e intentar asesinar a su jefa Eleanor (Kate Hudson).
No solo es que todas las pruebas estén en contra del tipo, es que es la palabra de un negro que dejo a su familia, tiene amantes, ha sido despedido por mañas y hasta corrido del ejercito con una mujer blanca de sociedad que todo mundo considera seria y moral, la cinta avanza como cualquier cinta legal, y resulta bueno que Gad sea quien lleve la voz cantante del juicio al ser menos histrionico que el personaje que hace Boseman, y con las respectivas sorpresas de turno, declaraciones que nadie espera, testigos sorpresas y un buen hacer del elenco, por desgracia algunas cosas estan de mas y no entregan nada, las agresiones a los protagonistas se sienten fuera de lugar y si uno investiga se da cuenta que no existieron.
Ademas algunas subtramas no llevan a nada, la relación de Marshall con su pareja y que pierden un hijo solo quitan el tiempo, lo mismo ver el matrimonio judio llorando por lo que sucede en Europa, aqui el que sale mejor parado de nuevo es Gad, pero Boseman no lo hace nada mal, demuestra carisma y se pone al tu por tu en comedia con Gad, lo que hace la cinta mas llevadera y menos pesada a pesar del serio tema que trata, y ademas esa jurado blanca sureña Mrs. Richmond (Ahna O'Reilly) es la muestra perfecta del balance de la cinta, los blancos no son malos, el policia intento ayudar en el juicio, otros mas solo quieren justicia, y deja una frase para el recuerdo, ¿que es lo que un sureño odia mas que a un negro? un yanqui.
Calificación: Palomera